GABRIEL ORTIZ | El Nuevo Siglo
Viernes, 27 de Enero de 2012

 

Los perseguidos

 

Difícil entender a los que no quieren que la exdirectora del DAS, María del Pilar Hurtado, venga a nuestro país a responder ante la Justicia por los delitos que le imputan por las “chuzadas” y demás faltas y transgresiones.

Todo nos lleva a concluir que efectivamente hubo persecuciones contra quienes no comulgaban con la reelección y con la manera como el Ejecutivo manejaba las cosas. Los apelativos, de terroristas, con los que se rotulaba a quienes se apartaban de los lineamientos oficiales colocaban a los opositores en la “picota pública”, exponiéndolos a toda suerte de peligros.

El epíteto, mote o adjetivo que se aplicaba a quienes se atrevían a criticar el régimen era la “campanada” para colocarlos en la lista de perseguidos. Fueron muchos los indagados, acusados y enjuiciados, utilizando como pruebas las “chuzadas” y otras falsas imputaciones, denuncias e inculpaciones.

Según esas “averiguaciones, indagaciones e investigaciones”, el DAS dedicaba todo su aparato humano y técnico para grabar conversaciones, rastrear, hostigar y hacer seguimientos a periodistas, magistrados, sindicalistas y defensores de Derechos Humanos.

Infortunadamente, y como ya está demostrado, a la exdirectora del DAS se le aconsejó pedir asilo en Panamá. Con “gestión” muy encumbrada, el Jefe de Estado del vecino país procedió a suministrárselo. Así se configuró la burla a la Justicia colombiana.

El periodista Hollman Morris, extraordinario documentalista de televisión y uno de quienes sufrieron en carne propia la persecución y las “chuzadas”, viajó a Panamá a demostrar, con pruebas fehacientes e irrefutables, que María del Pilar Hurtado no es perseguida política en Colombia, como lo asegura Uribe, y que por lo tanto debe ser deportada a nuestro país para que se someta a la Justicia. Le llovieron trinos del exjefe de Estado, que nuevamente lo tildó de “terrorista”.

Difícil de entender cómo una personalidad de la talla del expresidente Uribe quiera impedir que ello se cumpla y, como si fuera juez, de una vez por todas la absuelve, como lo ha tratado de hacer con todos los funcionarios de su gobierno, incursos en delitos.

Su obligación, como expresidente, es dejar operar la Justicia… cosa poco probable, como lo podemos ver.

Blanco. Los cuatro decretos para erradicar el maltrato a la mujer que anunció la brillante consejera para la Equidad de la Mujer, Cristina Plazas. Freno a la violencia de género.

Negro. El golpe a los exportadores con la bajada del dólar.

gabrielortiz10@hotmail .com