GENERAL ® LUIS ERNESTO GILIBERT V. | El Nuevo Siglo
Miércoles, 4 de Enero de 2012

Día de discursos

Este primer día del año fue de buenos programas, pues una vez pasado el trasnocho y comilona del 31 de diciembre pudimos dedicar el sosiego y letargo a escuchar los diferentes discursos de posesión expuestos por alcaldes electos en las principales ciudades.
Entiendan que el espacio me impide hacer comentarios extensos sobre el tema, pero me voy a permitir algunas libertades para hablar generalmente, por apreciar en las intervenciones una curiosa analogía -tal vez la situación del país indujo esta similitud-. Iniciaré por el tópico de la corrupción; se respira una necesidad sentida en los nuevos gobernantes de demostrar ante el electorado aquella intención a toda prueba de combatir y evitar corrupción en sus administraciones, posición comprensible si evaluamos la arremetida sufrida en varios gobiernos que fueron objeto de denuncia e investigaciones, llegando a resultados sorprendentes y vergonzantes calificando la corrupción como una enfermedad pública, donde las sanciones disciplinarias no se hicieron esperar y el país vivió tremenda decepción al ver sus líderes involucrados en casos de resonancia.
Las regalías no podían estar ausentes en esta ocasión, si recordamos que un nuevo sistema de distribución se impone sobre estos dineros, obligando a los mandatarios departamentales y municipales a presentar programas de desarrollo ajustados a los gastos, potenciando el desarrollo y recayéndoles una responsabilidad de muchas dimensiones fáciles de evaluar. Vamos a la educación, punto no menos preocupante y de quilates exigentes, pues la cobertura no es amplia y la demanda sobredimensiona las posibilidades y presupuestos, de manera que veremos los gobernantes haciendo malabares para cumplir con este compromiso, que en la mayoría de casos es un ofrecimiento de campaña; ojo, las épocas de las promesas incumplidas pasaron al recuerdo con la figura de la revocatoria.
Ahora enfoquémonos en el problema que no calculaban las autoridades: el invierno. Son muy escasos los departamentos y municipios que de una u otra forma no están azotados o amenazados por la ola invernal, fenómeno reiterativo en estas calendas que continuará aportando damnificados en todo el territorio patrio, y no queda mucho tiempo para ayudar a personas abandonadas y prevenir males mayores. ¡Tamaña responsabilidad! Por último la seguridad y convivencia no estuvieron ausentes en ningún discurso, todos los mandatarios dieron prioridad a la seguridad al ser necesidad sentida en todos los lugares y estratos; agrada escuchar la posibilidad de organizar las Secretarías de Seguridad y robustecer los fondos de seguridad, ¡qué bueno escuchar a los alcaldes invocando su posición como jefe de policía!, me alegra saber que se han rodeado de personas conocedoras y estudiosas del tema, lo que evitará tener muchos críticos de escritorio hablando de estrategias y programas de seguridad, la mayoría importados y poco evaluados por no decir inaplicables en nuestro medio. Éxito señores Gobernadores y Alcaldes.