El ministro Pinzón
“Seguramente el trajín del gabinete le da una ventaja considerable”
COMO lo viene diciendo la prensa, el Dr. Rodrigo Rivera fue el primer ministro en presentar renuncia; no pienso analizar su desempeño, habrá espacio para evaluar su cometido frente a la cartera y el tiempo se encargará de calificar aplaudiendo o cobrando la labor realizada por él.
Vamos a concretarnos en Juan Carlos Pinzón. Ante todo no debemos sorprendernos por el nombramiento, porque, a más de merecido, es de conocimiento público su cercanía con el presidente Santos; lo hemos visto acompañándolo en diferentes actividades; sin embargo, recordemos que el ministro Pinzón no es un político, se identifica como profesional en el ámbito económico, donde ha logrado éxitos, ocupando en su momento el Viceministerio de la Defensa, cumpliendo una tarea bastante productiva en el direccionamiento del Grupo Social y Empresarial de Defensa.
Seguramente el trajín del gabinete le da una ventaja considerable al llegar enterado de la organización y pormenores del cargo, sólo debe programar su agenda y empezar a imprimir su estilo de administración fijando aquellos horizontes acordados con el Presidente, dirigiendo los rumbos para lograr objetivos claros y definidos. La ciudadanía, con los medios de comunicación a la cabeza, ha identificado una serie de aspectos donde, según ellos, el ministro Juan Carlos debe cifrar su trabajo, los llaman desafíos y hablan del enfrentamiento con la guerrilla y el control de las ‘bacrim’, hitos convertidos en columna vertebral de la Política Integral de Seguridad y Defensa para la Prosperidad. Poner en alto el concepto internacional sobre Colombia y los derechos humanos. El control del secuestro en todas las modalidades. Ambientar una palpable seguridad ciudadana. Luchar a brazo partido contra la inseguridad jurídica; en fin, se espera mucho del nuevo Ministro.
Permítanme amables lectores hacer algunas consideraciones sobre el tema, recordándoles que el Ministro no combate; él administra, dirige, gerencia la cartera, de manera que lo veremos coordinando la Fuerza Pública para lograr las metas propuestas, actividad generadora de compromisos si es direccionada con acierto; lo veremos administrando los recursos del sector en ocasiones insuficientes; tendremos un conocedor a fondo del pasivo pensional de las Fuerzas, punto complejo que demanda atención por ser la seguridad futura del potencial humano; seguramente enfrentará con desvelo el problema del Fuero Militar, porque conoce de primera mano el impasse vivido en el interior de los comandos, referente a la urgencia de orientar las reformas en Justicia Penal Militar, lo anterior sumándole las elecciones venideras, donde la democracia del país descansa en la Fuerza Pública que él dirige. No le pidamos milagros al Ministro, permitámosle ocupar el cargo y esperamos el desarrollo normal de los acontecimientos, no queramos precipitar cambios o presionar decisiones que pueden esperar. Y les vaticino un exitoso Ministerio de la Defensa.