GENERAL (R.) LUIS ERNESTO GILIBERT V | El Nuevo Siglo
Miércoles, 9 de Enero de 2013

El matoneo escolar

 

Sería  buena idea que las autoridades de todo nivel para este año que inicia, tuvieran entre sus proyectos una campaña contra el matoneo escolar, son muchos los aspectos que  se deben tener en cuenta sobre este tema, que nacen y se desarrollan con contadas excepciones en la mayoría de centros educativos del país, compuesto por grupos de estudiantes interesados en imponer sus criterios y actividades por encima de la población escolar, y los preceptos  de conducta que orientan los planteles.

No son pocos los alumnos víctimas del comportamiento un poco díscolo y agresivo física e intimidatoriamente, de un reducido grupo de estudiantes en su mayoría  pendencieros, liderados por compañeros igualmente camorristas convencidos de tener una injerencia fuera de lo común, entre sus “amigos” los que sin ninguna contemplación, hacen blanco de sus burlas y agresiones a estudiantes incautos que llegan a los centros educativos con el ánimo de adquirir conocimientos y formarse para un futuro. La recomendación desprevenida que podemos hacer va en principio dirigida a las autoridades, pero contando con el apoyo de docentes quienes deben identificar en los claustros estas organizaciones y desintegrarlas lo antes posible, evitando tomen fuerza y se conviertan en estructuras inconvenientes para  el centro educativo, las familias y la sociedad; la personalización de los lideres es urgente ¡pues el anonimato los hace fuertes¡ Recordando que la toma de decisiones sobre su conducta no permite espacios de reflexión que se puedan convertir con el tiempo en tolerantes y  complacientes.

El otro extremo lo componen los padres de familia,  ellos  no pueden abandonar toda la responsabilidad en profesores con poco o ningún respaldo, olvidando mantener una comunicación constante con sus hijos, detectando ciertos comportamientos que los identifica como victimas de violencia o actitudes hostiles,  lo que conlleva a un rechazo hacia la asistencia al centro educativo y un miedo permanente a los compañeros de estudio. De no detectarse esta situación se pueden generar dos escenarios muy complicados, el primero es que nuestro  joven opte por involucrarse con el grupo y hacer parte del matoneo y el otro  reconocerse víctima y aceptar cualquier impetración del grupo; como vemos las dos alternativas son nocivas y adversas a la salud física y mental del menor. Esta situación se vive a diario en todo el país y de no enfrentar el problema con decisión y resolución viviremos momentos caóticos en todos los planteles educativos tanto públicos como privados

Conceptos de estudiosos del tema, afirman que estas conductas se originan en el interior de la familia, el ejemplo juega papel primordial en  actitudes agresivas de ciertos jóvenes, por lo tanto la gran recomendación es iniciar una cruzada dentro de  las familias, buscando hacer  conciencia de la responsabilidad paterna, para aconductar los menores y encaminarlos hacia un comportamiento pacifico y civilizado.