Glifosato, ¿sí o no? | El Nuevo Siglo
Viernes, 19 de Marzo de 2021

Los muchos dilemas éticos que plantea el tema ambiental polarizan las posiciones y generan conflictos muy complejos de solucionar, dada la proverbial torpeza de quienes siguen queriendo ver un aspecto de la problemática, sin entender la complejidad del tema y, peor aún desconociendo las demás facetas de los problemas. El asunto, como ya se ha mencionado en diversas ocasiones en esta columna, radica en la polarización de dos posiciones sobre la protección ambiental y en el desconocimiento de muchos de quienes opinan al respecto; la ignorancia es atrevida y peligrosa, pero más aún cuando se ignora la ignorancia.

Las posiciones mencionadas son: el conservacionismo a ultranza y el utilitarismo del ambiente, pero ninguno de los dos extremos es ideal y la mira de la educación ambiental debería ser la de llegar a justos medios que garanticen el mayor tiempo posible del ser humano en el planeta, con las mejores condiciones que se puedan lograr. Los conservacionistas pretenden mantener invariable el planeta en cuanto hace a la naturaleza en general, sin importar las consecuencias para los humanos y los utilitaristas pretenden explotar el planeta, sin que importe el deterioro del mismo.

Y surge entonces la pregunta ¿Debe el ser humano mantener invariable el ambiente? Y la respuesta es de pensar. Cualquier actividad humana, sea la que sea, genera impactos en la naturaleza, muchos o pocos, pero genera impactos, entonces ¿El ser humano debe reducirse a vivir como cualquier otra especie animal? Evidentemente la respuesta es no, esto no solo es imposible, sino que además extinguiría la especie humana en un corto tiempo. No perdamos de vista que lo único que nos protege de los depredadores naturales es la inteligencia y por esta vía la posibilidad de tener vacunas, medicinas, armas, fuego, repelentes, insumos agrícolas, etc.

En este complejo entorno surge ahora la discusión sobre la posibilidad de iniciar de nuevo las fumigaciones con glifosato y sale el equipo de los conservacionistas a ultranza a cuestionar el uso del mismo argumentando, no sin razón, que éste químico tiene innumerables efectos nocivos para la población, para los cultivos de pancoger y para las fuentes de agua potable; pero sin ver los daños que están haciendo a la sociedad los cultivos ilícitos, los muertos por efecto de la erradicación manual y por efecto de la violencia generada en estas zonas. En resumen, cualquier solución genera problemas de fondo para la ciudadanía, pero ¿Cuál es la mejor? O quizá la menos dañina.

A riesgo de quedar entre los unos y los otros, creo que la fumigación es una obligación para con nuestra sociedad y nuestra juventud, creo también que se debe limitar a zonas que solo tengan cultivos ilícitos y propender por proteger las fuentes de agua y las poblaciones; si bien habrá daños, quizá sean menos graves que la tragedia que genera el narcotráfico en nuestro país.

alsanchez2006@yahoo.es

@alvaro080255