GUILLERMO FRANCO CAMACHO | El Nuevo Siglo
Domingo, 19 de Mayo de 2013

Agualongo

 

Se  satisface una inquietud, de tiempo atrás, con la lectura de Agustín Agualongo y su Tiempo (Cámara de Representantes, Bogotá, 1987), de Sergio Elías Ortiz, Agualongo lucha a favor de Fernando VII, rey de España, hasta ser fusilado en julio 13, 1824, años después de finalizada la guerra de independencia, e invoca, también, en dicha pugna, su fe católica romana, pese a que sus adversarios eran correligionarios por lo general. Una explicación consiste en que San Juan de Pasto era una región aislada de los acontecimientos nacionales y mundiales, lo cual abarcó sucesos como las revoluciones Francesa y de EE.UU., los comuneros, no trascendieron Camilo Torres y su Memorial de agravios, Francisco de Miranda, etc; la obra citada reproduce numerosos textos oficiales del momento.

Agualongo nace en 1780, en Pasto, mestizo y no indio, el apellido pudo ser italiano según Ortiz, y aún se usaba en España, se dedicó a la “pintura al óleo” (hecho no probado debidamente), vinculado a las clases medias  se alistó como soldado raso en el ejército real en 1811 y recorrió todos los grados hasta coronel efectivo; Fernando VII lo nombró general de brigada pero no alcanzó a ejercer como tal.

Participó en la pérdida y reconquista de Pasto en 1811 y 1812. Integra las tropas de Sámano, futuro Virrey, vencedoras de Macaulay en Calambuco, prisionero en Pichincha pero escapa. El sur del virreinato está bastante tranquilo entre 1817 y 1818 y es teniente coronel. Acompaña a Benito Boves en la toma de Pasto y ocurre un cambio social del que los patriotas no son conscientes: el pueblo es realista pero las clases pudientes, el clero y las autoridades no apoyan el movimiento, Boves (sobrino de Tomás Rodríguez Boves) huye, desaparece de la historia y Agualongo toma el mando; se ve obligado a salir de Pasto, sufre derrotas sucesivas y su última esperanza es tomar Barbacoas defendida exitosamente por José  María Obando y, en la huida, es tomado prisionero por Tomás Cipriano de Mosquera y antes había luchado contra José María Córdoba.

Lo anterior arroja luces sobre la capacidad militar de Agualongo; enfrentó adversarios capaces y detrás estaban Santander y Bolívar. Su actuación demoró las últimas acciones decisivas de la libertad de la América del Sur y su programación, de haber triunfado en Barbacoas, era de alto vuelo.