¡Disney, con mis hijos no te metas! Exclamó a pulmón abierto el Concejal de la Familia, un valeroso hombre defensor de la vida, la familia y los valores. Marco Fidel Ramírez, concejal de Bogotá, desató una campaña de boicot en contra de la película “La Bella y la Bestia” producida por Disney, donde claramente hacen apología al homosexualismo con sus personajes que son admirados por los niños.

Pero la polémica no es solamente de un episodio aislado que se filtra en el filme, se advierte una campaña estratégica de la productora infantil para influir subliminalmente en un principio y ahora de manera directa en las prácticas del lesbianismo y homosexualismo, utilizando sus tiernos personajes amados y admirados por los niños como modelo de sentimientos. Disney, influyente en la niñez se ha mostrado comprometida en la promoción de la ideología de género, utilizando sus personajes con amaneramientos que en un principio se tomaban como ternura de sus personalidades, pero progresivamente han develado sus inclinaciones gay, mostrándolos con libertad de sentimientos para que los niños se copien y terminen siguiendo sus ejemplos homosexuales.

Analizando personajes de sus historietas encontramos claros ejemplos de la intención de Disney: Le Fou, uno de los personajes centrales de La Bella y la Bestia, lo muestran inclinado homosexualmente por su compañero inseparable Gastón, lo que tergiversa la historia. Es como si se develara que tanto el Quijote como Sancho, El Llanero Solitario y su compañero Toro o Batman y Robín, resultaran parejas amorosas homosexuales, desafiando la inocencia de los niños e induciéndolos a ese modelo de prácticas mostrándolas normales y admirables.

Disney lamentablemente ingresó desde hace mucho tiempo en esa filosofía, utilizando su poder de influencia, su genialidad para contar historias y diseñar personajes atractivos, pero ahora “ha salido del closet”, no sabría si su creador  Walt Disney estuviera de acuerdo en esa pedagogía, porque el murió hace 50 años, pero su staff asociados a Pixar creadores y productores de las historietas se empeñaron en la promoción homosexual para inclinar a la niñez en la ideología de género y promover el homosexualismo en el mundo.

Recuerdo unos 20 años atrás que llevé a mi hija menor a Disney de Orlando y sorprendentemente vimos  a miles de personas del mismo sexo aquel día portando camisetas rojas tomados de la mano y besándose amorosamente a la vista de todo el mundo, un espectáculo grotesco del orgullo gay, que aterró a mi hija que apenas tenía 7 años, pues no entendía cómo tanta gente: chicos con chicos y niñas con niñas, estaban en coloquio de amor.

Por eso deberían existir muchas personas como el Concejal de la Familia, que con coraje denuncian y advierten estos fenómenos que atentan contra las buenas costumbres, la naturaleza y la inocencia de nuestros hijos y nietos induciéndolos a un mundo homosexual que no fue creado por Dios, sino inventado por el hombre.

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