HUGO QUINTERO BERNATE | El Nuevo Siglo
Martes, 30 de Julio de 2013

Simbologías

 

La audiencia que celebró la semana pasada la Corte Constitucional dentro del trámite del juicio de constitucionalidad del llamado Marco Jurídico para la Paz, fue más que una diligencia judicial. Se trató de un acto político-jurídico-social en el que pudieron observarse hechos simbólicos de lo que es el país y, sobre todo, de lo que quiere ser.

Pocas democracias latinoamericanas pueden darse el lujo de ver a todos los poderes públicos desfilando ante su Tribunal Constitucional para respaldar o atacar un Acto Legislativo o una Ley Estatutaria. Observar al Presidente de la República acudir ante la Corte, para exponer sus tesis como cualquier ciudadano, es un motivo de orgullo democrático y de fe en este sistema que tanta sangre ha costado construir.

Acudieron el Fiscal y el Procurador General de la Nación. El primero se hizo esperar para intervenir de último en el turno de la mañana y el otro lo esperó, solo para que se notara que abandonaba la sesión cuando aquél estaba interviniendo. Hablaron algunos de los más connotados académicos del país y otros de los más lagartos, de esos que tienen más contratos que publicaciones. Y en sus intervenciones se notó claramente cuál era cuál.

Por primera vez en la misma orilla estaban el Uribismo más recalcitrante y sus otrora más feroces críticos y criticados. Vivanco y la línea José Obdulio, compartiendo las mismas tesis, son la simple evidencia de que las atrocidades de la guerrilla son capaces de unir en una misma cesta, el imperialismo jurídico del uno con el radicalismo obtuso de los otros.

Celebrada la audiencia, en la que se escucharon intervenciones muy sesudas y otras con muy poco seso, al día siguiente los medios de comunicación anunciaron tener la ponencia y saber su sentido: exequibilidad plena del Acto Legislativo, es decir, que no tiene cláusula alguna que sustituya la Constitución o que sea menester modular de alguna manera.

Si lo que han publicado algunos medios es cierto, significaría que la ponencia estaba lista antes de las intervenciones en la audiencia pública y que, por tanto, éstas no habrían servido sino para ilustrar el debate que ahora adelantarán los magistrados antes de votarla.

Más allá de esa circunstancia y de que este debe ser el único país donde son más importantes las normas que los hechos, la audiencia fue un espectáculo democrático que muestra, no el país que somos, sino el que deseamos ser: uno en el que, como dice Sabina, ser valiente no salga tan caro y ser cobarde no valga la pena.

Y cuando estábamos llenos de fe en el futuro y en la democracia colombiana, apareció el inefable Roy Barreras para regresarnos a la dura realidad. Como para recordarnos quiénes son los que han manejado y de qué manera este país durante estos 200 años de independencia, el partido de la U decidió que el símbolo de la próxima campaña presidencial va a ser una ruana.

¿Será que quieren ponerse el país de ruana o que la justicia dejará de ser ese perro bravo que solo muerde a los de ruana?    

@Quinternatte