Incertidumbres electorales | El Nuevo Siglo
Lunes, 1 de Julio de 2024

El panorama electoral de los próximos meses en el mundo está lleno de incertidumbre, como lo muestran los casos de Francia, Estados Unidos y Venezuela.

En el caso de Francia, el próximo domingo 7 de julio se sabrá si el partido “Ressemblement National” de la señora Marine Le Pen y algunos insospechados aliados de la derecha tradicional, obtienen en segunda vuelta de las elecciones parlamentarias una mayoría absoluta, o solamente relativa, de lo que dependerá que el presidente del partido, Jordan Bardella, un joven de 28 años, se convierta o no en primer ministro. Su programa de gobierno desconoce en numerosos elementos la tradición republicana: entre otros temas controvertidos, se encuentra en efecto la política de preferencia nacional en los servicios sociales, la limitación de derechos de los binacionales, el fin de la aplicación del ius soli que permite obtener la nacionalidad en caso de nacer en suelo francés.

Lo que se une a los temores que despierta el discurso que ha tenido esa formación política de extrema derecha en materia de racismo o de antisemitismo, temporal y estratégicamente moderado en los últimos meses. Ojalá el “frente Republicano”, al que con claridad tanto el presidente Macron y su primer ministro Gabriel Attal, como los partidos del nuevo “frente popular” han convocado, logre, en la lógica del mal menor, limitar al máximo la elección de diputados lepenistas y por tanto lleve a una mayoría relativa que obligue a la búsqueda de nuevos consensos y a inéditas alternativas y alianzas en ese país.

En el caso de Estados Unidos, luego del debate entre el presidente Joe Biden -evidentemente afectado en su salud-  y el expresidente  Donald Trump, es cada vez más clara la posibilidad de ver reinstalado en la Casa Blanca a quien  abusando de sus funciones  pretendió revertir los resultados de las elecciones de 2020 y ha prometido vengarse de todos  los políticos, funcionarios y jueces que en cumplimiento de  sus deberes y en defensa de la Constitución, han actuado en los diferentes procesos que se le han abierto por esos y otros hechos, que en cualquier otra nación privarían a un candidato de presentarse a la elección. Ante esa perspectiva, ojalá el presidente Biden y su entorno comprendan que se hace necesario rápidamente reorientar la campaña con otro candidato en mejores condiciones de evitar ese aparentemente inevitable desenlace, que traería graves consecuencias para ese país y para el mundo democrático.  

En el caso de Venezuela, solamente el riesgo latente de manipulación de los resultados por las autoridades electorales dominadas por el régimen dictatorial de Maduro, ensombrece lo que deberá ser una apabullante victoria de la oposición. Basta  hacer el contraste entre las espontáneas y masivas manifestaciones y muestras de apoyo a la candidatura de Edmundo González, sostenido magistralmente por María Corina Machado, con la pobre acogida del presidente candidato, cuyos publicistas se ven obligados a  jugar con planos e imágenes que no pongan en evidencia el hastío y la desesperanza de los venezolanos, sobre todo los “invitados” a asistir a sus “concentraciones” so pena de limitaciones de derechos, a partir de  controles  barriales por sus  comisarios políticos a la manera de los peores caricaturas de dominación comunista. Ojalá el mundo entero ponga los ojos en el resultado de esas elecciones y no permita que se frustre la voluntad de los electores.

@wzcsg