En principio no me refiero a la inflación en el cuerpo de Francia o en los cachetes de Petro, aunque ambos sufran una evidente inflación. Me refiero a ese fenómeno económico que hace que los precios de todo aumenten en unas proporciones muy similares, ahí sí, a los del cuerpo de Francia o las mejillas o la calva presidencial.
Dicen los diarios económicos que posiblemente la inflación anual en Colombia será de dos dígitos. Aunque lo muestren como positivo y será supuestamente la más baja en no se cuanto tiempo, la Pony, el chocorramo y el salchichón subirán de precio no solo debido a la inflación sino al impuesto “saludable” (otro eufemismo)…Que dicho sea de paso ayudará a que se reduzca sustancialmente la inflación corporal en la mayoría de los colombianos adictos al roscón, la colombiana, la fritanga, el salchichón, pues el costo de comer este manjar ahora será inalcanzable, sobre todo, para las bases populares y los rusos que paradójicamente pusieron al presidente y son a los que les toca comer alimentos ultra procesados.
La inflación en los mofletes de Petro la explican muy bien los treinta millones que se come en mercado en par de meses. Y es entendible pues el monchis que debe dar estar en otro mundo todo el día con el favor de varias sustancias no es gratis. Y la inflación de Francia la debe explicar su mercado más costoso aún que el de su jefe -el mejillón- pues incluye operaciones helicotransportadas de comida hasta Dapa.
Aunque les parezca positivo, la inflación así sea de un 0,1% es una pésima señal del desempeño de cualquier economía. Y pasa totalmente lo contario con la inflación corporal la cual envía un mensaje de prosperidad y riqueza en quien la exhibe. No por nada los gobernantes empiezan a engordar por ahí al año de estar en el gobierno y salen prácticamente volando de la presidencia hechos unos globos. Para eso necesita más plata el gobierno y los elenos unos la consiguen con impuestos los otros secuestrando o extorsionando. Métodos heredados ancestralmente de los pueblos indígenas los cuales se caracterizaron por su obsesión por sacarle plata a la gente mediante tributación y sadismo siendo muy buenos en ambas disciplinas.
Y de esto da fe la Ocde ranqueando a Colombia como el país menos competitivo en materia tributaria. Ahora quieren llegar con cultura a las bases populares… Ya Gramsci lo advertía en el otrora Reino de Italia y eso explica la convocatoria a conciertos hecha por Petro que no es más que la aplicación de la tesis Gramsciana que une muy bien intelectuales zurdos y cultura para lograr hegemonizar la sociedad.
Mientras tanto siguen inflándose pinturita y piel roja - ambos con un aspecto evidente de sacerdotes aztecas, que entre otras también eran expertos en eufemismos al llamar las masacres “ceremonias religiosas” tal cual el comisionado de paz, ese eleno, el de las gafas frondias llama “retenciones” a los secuestros y lo venden como un “vehículo financiero” para la subsistencia de esos grupos terroristas.
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