JAVIER A. BARRERA | El Nuevo Siglo
Sábado, 7 de Enero de 2012

Error lógico

A pesar de lo atractiva que suena la propuesta de prohibir el porte de armas, es pronosticable que la medida no tenga un impacto tan fuerte como el que espera la nueva Alcaldía. El asunto de la violencia en la ciudad, sumado al porte de armas, va más allá de la capacidad de persuasión de la sociedad e, indiscutiblemente, excede el poder de control de la Policía.
De hecho, el problema de la medida está en desconocer las dos variables que más daño le hacen a la ciudadanía:
1. Según la Policía, más de 50% de las armas usadas en actos violentos, o delictivos, son ilegales. Lo cual de entrada nos deja claro que hay un mercado paralelo que funciona al margen de las normas legales y sobre el cual no se logra ejercer control hoy.
2. Son armas usadas por criminales para cometer crímenes. Personas que ya pasaron el umbral de la auto sanción moral y no filtran sus actos a partir de lo que está permitido o no, sino de sus objetivos inmediatos.
La historia nos ha demostrado con suficientes ejemplos como al recurrir a la prohibición, como lógica de control, se fortalecen las mafias que manejan los mercados prohibidos y en consecuencia se incrementa la violencia.
De hecho, jugando un argumento ácido, sorprende que sea Petro quien proponga este tipo de normas. Él, que vivió en primera persona la facilidad con la que un arma circula por una ciudad como Bogotá,  debería ser capaz de proponer estrategias novedosas y no limitarse a la demagogia elemental que sirve para ganar afecto pero que lo revela incapaz de exceder la lógica del burócrata.
La base del problema no está en la existencia de unas armas, legales o ilegales. La raíz está en la existencia de una lógica delictiva que se vale de las armas como medio para lograr un fin. Mientras no exista un control real, policivo, sobre la delincuencia organizada, difícilmente lograremos un beneficio representativo y real para la ciudadanía.
Arranca el nuevo Gobierno distrital y, al parecer, la demagogia como camino a la empatía sobrevivió a la campaña y se deja entrever con el primer baño de popularidad del alcalde.
El debate sobre la prohibición al porte de armas es benéfico para su imagen, pero irrelevante para una ciudad que pretende prohibir algo que hoy existe en la ilegalidad y que ninguna administración ha sido capaz de controlar.
@barrerajavier