Más injusticias de la Justicia
“Al servicio de la verdad y no al de otros intereses”
FRENTE a la Justicia en Colombia, todos los días recibimos mensajes agridulces. De un lado la tarea diaria por parte de los entes de control y justicia de identificar y actuar frente a fenómenos de corrupción y violencia, y de otro lado nos preocupan los aterradores hechos de injusticia, como los que se vienen denunciando en el caso del coronel Plazas, en los que se abusa de la dignidad y buen nombre de seres humanos inocentes.
Me da pena decirlo, pero en situaciones como estas, uno esperaría de las Altas Cortes un mejor manejo, y lo que vemos es que ello no se da. Ya se volvió costumbre en la Corte Suprema iniciar con bastante “bulla” procesos judiciales por diversas razones, que terminan siendo absoluciones que nunca recuperan el buen nombre de seres humanos inocentes.
Para no ir muy lejos, está el caso del senador Carlos García Orjuela quien fue absuelto recientemente por parte de la Corte Suprema de Justicia en un proceso por parapolítica. Después de enlodarse el buen nombre de García, la Sala Penal encuentra inconsistencias e inexactitudes en las declaraciones que dieron origen al inicio de la investigación. Es inconcebible que un Alto Tribunal demore más de un año, afectando la vida y dignidad de una persona, para darse cuenta de que se había equivocado. Y sin, embargó, medió orden de captura, “picota pública” y similares.
Pero el cuento no termina allí. Ahora aparece un nuevo caso. Me refiero al archivo del proceso a la ex congresista Adriana Gutiérrez por supuestos vínculos con los paramilitares. A diferencia del anterior, este “aparente falso positivo” duró casi cinco años, con la valentía y agravante de que la congresista había renunciado a su curul para proteger su dignidad y buen nombre. Ella no soportó la presión mediática y amarillista, de una Corte que propicia tácitamente dicha presión, y que mancilla el buen nombre y gestión de una persona intachable y honesta.
La ex congresista pone el dedo en la llaga. ¿Cómo es posible que una Alta Corte enjuicie con base en anónimos y declaraciones de delincuentes, que muchas veces por aprovecharse del principio de oportunidad, abusan de la Justicia y engañan a un alto tribunal? ¿Hasta cuándo vamos a seguir soportando la ineficiencia y demoras de la Justicia en Colombia para llegar a conclusiones, mucho más proviniendo de la Corte Suprema, y cuántos más buenos nombres vamos a seguir enlodando para descubrir los “horrores” de la Justicia en Colombia? ¿Por qué seguimos permitiendo que los medios de comunicación se conviertan en jueces anticipados y anticipen sentencia sin ninguna prueba confirmada o refutada, haciendo que prime el abuso mediático sobre la dignidad humana?
¿Con todo esto a alguien le queda alguna duda sobre la necesidad de una verdadera reforma a la Justicia, que ponga de presente que ella está al servicio de la verdad y de la dignidad humana y no al servicio aparente de otros intereses políticos o ideológicos?
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