JUAN DIEGO BECERRA | El Nuevo Siglo
Viernes, 2 de Septiembre de 2011

La infraestructura sí cuenta


“Única opción es quedarse en la puerta aguantando frío”


COMO  ha pasado a cualquier bogotano que se encuentra en las calles, en estos días me vi obligado a hacer uso del extraño sistema judicial de la ciudad.


Un borracho con grado dos de alcohol en su sangre, golpea el carro que yo utilizaba en la 116 con 15 y se hace necesaria la presencia de la Policía Nacional. Empieza entonces el tortuoso camino de tratar de hacer lo que un ciudadano corriente debería hacer, llevar el caso hasta sus últimas consecuencias.


Lo primero que debe decirse es que si un bogotano quiere utilizar el sistema de justicia de la ciudad, debe preparar varias horas para dedicarlas a tratar de ser un buen ciudadano. En este caso fueron cerca de cinco horas -habiendo sido el choque a las 10:30 de la noche-, y sin contar denuncias en la Fiscalía, que habrían extendido la diligencia varias horas más. Sólo en el proceso de llegada de la Policía de Tránsito, la ida a Medicina Legal a realizar las pruebas y las pruebas mismas.


Por el otro lado, el gran problema de la infraestructura para este tipo de casos en la ciudad. La sede de Medicina Legal en Paloquemao es más cercana a un refugio antibombas que a un complejo judicial en la ciudad más importante del país. Sin una sala de espera, baños o cafetería, el mejor amigo para un ciudadano termina siendo el supermercado que se encuentra aledaño, en donde hasta deben parquearse los vehículos porque en Medicina Legal no hay dónde. Mejor dicho, la única opción es quedarse parado en la puerta aguantando frío.


Lo único que debe decirse es que la respuesta de la Policía y la calidez del acompañamiento durante el tiempo que nos llevó el trámite lograron por lo menos que el tiempo no fuese aún más traumático. Sin embargo, la buena voluntad de los agentes y patrulleros no cambia que a pesar de tener el croquis donde la responsabilidad es evidentemente del señor borracho, es el ciudadano responsable el que tiene que gastar varias horas de su tiempo, sometiéndose al frío de la noche, para que la justicia medianamente funcione.


Y este es un caso, pero lo que se viene repitiendo para poner una denuncia es aún peor, tanto que es más sencillo dejar el agua correr que destinar varias horas para llenar una estadística más. Si es así, ¿cómo seguimos esperando que la ciudadanía denuncie para disminuir el delito?
juanego18@gmail.com