La desigualdad en el Siglo XXI no puede medirse por la distribución de la riqueza, el índice de Gini es un indicador que aporta una información muy poco relevante sobre el desarrollo de una sociedad y la calidad de vida de los ciudadanos. La riqueza no es una torta finita a distribuirse en pedazos iguales, la verdadera riqueza son los elementos estructurales necesarios para poder crearla, es ilimitada, y todos podemos participar de su generación y disfrute. La verdadera desigualdad es la falta de oportunidades, la marginación de un importante número de personas, del acceso a la información y al conocimiento. La inclusión social, es la integración de todos los ciudadanos al circuito informático, reducir la brecha digital y permitir que todos puedan acceder al intercambio de conocimiento, información e ideas, ahí está la creación de riqueza y el desarrollo de una sociedad.
En Colombia estamos muy rezagados en cobertura digital, nuestro gran reto es reducir la brecha y permitir que cada vez más colombianos puedan acceder a internet y participar del circuito generador y distribuidor de riqueza. Hoy en día, el que no tiene acceso a internet está excluido, es como el que no puede estudiar, como el que vive apartado del resto de la sociedad. Internet es un servicio público esencial y acceder a él debe ser un derecho de todo ciudadano. Si queremos generar inclusión social, reducir las desigualdades, generar desarrollo económico, integrar el campo y la ciudad, integrar a Colombia con el mundo, necesitamos hacer una apuesta decidida por la cuarta revolución industrial.
Más de la mitad de la población colombiana no tiene acceso a internet, en 2018 obtuvimos un puntaje de 49 sobre 100 en el índice competitividad digital, la velocidad de descarga es de 5.5 Mbps, una de las más bajas de la región. El promedio mundial esta en 11 Mbps y los países de la OCDE llegan a 15. Apenas el 21% de los colombianos de estrato 1 tiene acceso a servicios TIC y cerca de 5 millones de niños y jóvenes en Colombia no acceden a la educación por falta de conectividad.
Según el Banco Mundial aumentar en 10 puntos porcentuales la banda ancha puede significar un crecimiento del PIB cercano al 1,4%; Planeación Nacional estima que, si triplicamos la velocidad de internet, el PIB per cápita puede aumentar hasta en un 18%. Se calcula, que al aumentar el índice de digitalización en 1 %, se incrementa la productividad del país en 0,23%. La digitalización es una poderosa herramienta contra la desigualdad, al incrementar en 50 puntos porcentuales la penetración de internet para los quintiles de ingresos 1 y 2, se puede reducir el índice de Gini 1,26%. Así mismo, las tecnologías digitales pueden aportar a las reducciones de CO2 en un 20% para el año 2030.
Para lograr ese propósito, es fundamental garantizar seguridad jurídica y estímulos tributarios para la industria de las telecomunicaciones, crear un marco normativo estable, que mantenga unas reglas del juego claras para el sector y que facilite aumentar las inversiones. La simplificación normativa, la reducción de cargas, la promoción, protección y aseguramiento del despliegue de infraestructura, son condiciones necesarias para poder avanzar en la reducción de la brecha digital y hacer de Colombia un país inteligente. Esta semana, entrará a discusión en la Cámara de Representantes, el Proyecto de Ley TIC para su tercer debate, es una gran oportunidad para dar un paso en la dirección correcta.
@SamuelHoyosM