Predecir no resulta un asunto fácil y mucho menos en cuestiones de la política. Sin embargo como se están presentando los acontecimientos, en la carrera presidencial colombiana comienza a despegarse un lote puntero. Por ello es bueno tratar de comprender, quizás un poco a ciegas, los elementos de juicio que se nos van presentando. Pero debemos olvidarnos de esa "montonera" de aspirantes que se han inscrito más con el afán de figurar que de competir seriamente.
Veamos entonces. Hoy por hoy, los que aparecen "arrancando en punta" están siendo liderados, nos guste o no, por el nombre de Germán Vargas LLeras. Con un grande y probado y reconocimiento nacional, gracias en buena parte a la vistosa tarea que cumplió como Vice, encargado de la infraestructura nacional, lo cierto es que sus activos están muy altos porque ha probado ser un ejecutivo eficiente y dedicado. Forjado en mil batallas -donde ha salido ileso incluso de atentados personales- es, desde luego una figura de grandes controversias. Es un poco cascarrabias, pero esto debemos considerarlo más una virtud que un defecto. Al fin y al cabo, así son los Lleras.
Es un poco manzanillo para el gusto de los puristas, pero a fin de cuentas es un político serio y muy dedicado en lo que se propone. Conoce muy bien al país y sus problemas y por ello ha podido presentar unos programas de gobierno, basados en muy sólidos estudios. Desde joven ha ondeado el trapo rojo, pero por aquello de que "para buenos conservadores, los liberales colombianos", no le da vergüenza de que lo califiquen como de derecha. Lo más importante es que no se trata de una figura improvisada, sino que los colombianos llevan muchos años familiarizados con su quehacer y acontecer.
Otro candidato o candidata fuerte bien podría ser Marta Lucía Ramírez, "la versión con faldas" de Vargas Lleras. Quizás un poco intensa, por lo apasionada en sus convicciones. Pero es muy seria y estudiosa y sobretodo comprometida con sus causas. El expresidente Pastrana ha demostrado fino olfato político al brindarle su apoyo. Ahora lo más consecuente y lo más lógico es que el partido conservador también haga lo propio, si no quiere ver disminuida su tan cacareada "capacidad de decisión”.
La figura que cierra es abanico puntero bien podría ser la del exmandatario antioqueño Sergio Fajardo. Con una hoja de vida impecable siempre le ha gustado jugar en solitario. Esta su principal estrategia regional podría no ser tan buena a escala nacional, en el momento de buscar compañía y consolidar alianzas. No parecen funcionarle bien por los comportamientos erráticos de algunos dirigentes de la Alianza Verde y del mismo Polo. De todas maneras es y figura muy carismática y puede meterse en la recta final "o tierra derecha" con buenas posibilidades.
Hay, de todas maneras, un factor clave en los resultados para la segunda vuelta electoral. Es el papel que en definitiva juegue el Centro Democrático, el más disciplinado de los partidos políticos, bajo la férula autocrática del expresidente Álvaro Uribe. Aún no se define la pugna de sus alfiles y no se sabe a ciencia cierta si será Carlos Holmes Trujillo o Iván Duque el portaestandarte. Pero sea quien sea, estará en la batalla final.