La ineficiencia burocrática alcanzó a la alcaldesa antes de la pandemia, durante y lo hará después. Una de las muestras máximas de la inoperancia en Bogotá fue compartida por Camacol hace unos días, en una nota muy completa de este mismo diario. En ella la agremiación afirma que en Bogotá están estancados un aproximado de $22 billones a causa de que está administración no ha podido aprobar ningún plan parcial para construcción de vivienda. Hay algunos planes que de manera casi heroica lograron surtir el proceso completo de aprobación, pero que, por alguna razón, quedaron estancados en un entramado burocrático de infinita tramitología adicional.
Estos planes, según la asociación gremial, tienen proyectadas 164 mil viviendas que se podrían comenzar a construir ya y, de las cuales, ¡80 mil son de interés social! La iniciación de estas obras se traduciría en casi 367 mil empleos directos y 408 mil indirectos. Adicionalmente, ahora que están urgidos por recaudar ingresos vía impuestos, el Distrito, podría recaudar sólo con el impuesto predial más de $270 mil millones.
El bogotano de a pie se preguntará, ¿entonces, qué pasa? ¿Por qué la Alcaldía no actúa? La respuesta es Adriana Córdoba. Exsecretaria de planeación de Bogotá y ficha excelsa de la alcaldesa, pero no por su gran conocimiento técnico, sino por su indiscutible valor político. Adriana es, ni más ni menos, la esposa del profesor Mockus y gran contribuyente electoral de la campaña. Su legado a cargo de esta cartera fue lograr la ineficiencia absoluta de la entidad. Lo logró llenando el equipo en planeación con politiqueros poco técnicos que ocasionaron el retraso denunciado por Camacol y el fracaso del POT en 2020. Además, en uno de esos ataques improvisados, como los de la alcaldesa, decidió arbitrariamente, sin sustento empírico y sin consulta al sector cambiar, por medio de la Resolución 1641 de 2020, los avances logrados en 16 años en materia de riesgos por inundación. Estos retrocedieron a los estándares normativos del POT del 2004. Un gran retroceso para la ciudad y peor golpe para la estabilidad jurídica necesaria para atraer inversión.
El paso de esta figura del Partido Verde por la Alcaldía logró distorsionar la buena eficiencia que había logrado la administración Peñalosa, en aprobación y agilidad, pese a los claros problemas estructurales que caracterizan el enmarañado burocrático de la ciudad. La señora Adriana fue el bache en la continuidad y tuvo que ser reemplazada por una experta como María Mercedes Jaramillo que solucionara el desastre.
Alcaldesa, esta cuota política le salió costosa a Bogotá. Si usted tiene voluntad de reactivación para la ciudad este sector es fundamental para el empleo y el desarrollo. Debe darle toda su voluntad política a este asunto. Le recomiendo crear una ventanilla única que agilice los planes parciales que estén listos para iniciar y encomendar a Jaramillo con la unificación de trámites y actores en el proceso de aprobación. La invito a reconstruir la continuidad de tan importante tema para la ciudad.