Corren tiempos tormentosos para la democracia entendida como sistema político. Lo que está aconteciendo en países como los Estados Unidos, México, Venezuela, Brasil, Argentina, España y algunos otros, está poniendo a prueba los sistemas de gobierno que son elegidos mediante el voto popular. Nunca como ahora los llamados "regímenes populares" habían estado tan expuestos al escrutinio público. El caso más preocupante tiene como principal protagonista al presidente Donald Trump, un personaje que encarna a la perfección lo anti político y que representa todo loa contrario a lo que nosotros nos imaginamos que debe ser "el buen ciudadano".

Es verdaderamente incomprensible es como el Senado estadounidense lo ha absuelto de cargos tan graves como el de abuso de poder y de graves violaciones a la ley y a la Constitución. Sin embargo, las mayorías republicanas, de manera desvergonzada y casi desafiante, terminaron por exonerarlo de toda culpa. Toda su vida el señor Trump se ha sabido distinguir por ir en contravía de lo que se entiende como "políticamente correcto" e incluso le gusta hacer alardear de sus malos modales.

Desde muy joven ha dado muestras de su desdén hacia "el establecimiento" y aprovechándose de su posición y fortuna, ha tratado de abrirse paso, primero en los negocios y luego en la política a "codazo limpio". Sin embargo con su gran desfachatez logró mantenerse en el cargo y ahora aspira a su reelección, algo que parece tener asegurada. Muy triste para el mundo esta noticia, ya que la gran mayoría de los gobernantes actuales lo consideran una persona poco confiable y bastante proclive a la camorra.

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El caso de la exsenadora Aída Merlano está dejando muy mal parada a la clase política colombiana, en especial la de la costa atlántica. El vergonzoso episodio en que se ha visto involucrada estos días, no sólo es un lastimoso sainete, sino que involucra todos los ingredientes malsanos que han caracterizado la forma de hacer política en esa región del país. Una muestra más de nuestra clase política sin clase.

Todo esto nos demuestra que la gente decente no está en la política, Lo que es muy triste y perjudicial para nuestro país, Si hay algo realmente censurable, por todo lo inmoral que esto significa, es la compra de votos que termina por desfigurar el ejercicio democrático. La falta de vergüenza y de pudor de esta señora es de tales proporciones que ahora está inventando que todo lo que está ocurriendo es un complot orquestado desde la Casa de Nariño, por el presidente Iván Duque,

Desde luego y como era de esperarse el dictador Maduro está tratando de ganar indulgencias y nos está tratando de dar lecciones de democracia, El mandatario colombiano no se debe dejar provocar, pero no debe tampoco dejarse maltratar.

ADENDA

Desde los tiempos bíblicos las relaciones entre judíos y palestinos han sido más que caóticas. Muchas guerras y confrontaciones mantienen la paz en ascuas, Nosotros como periodistas nos hemos acercado al conflicto desde las alturas del Golán. Eso fue hace varias décadas y hoy la crisis permanece sin solución a la vista.