Conocimos a Javier Darío Restrepo cuando aún vestía sotana y estaba en pleno proceso de colgar sus hábitos. Allá por la década de los setenta. En ese entonces era gran amigo y colaborador de monseñor Gustavo Pérez, quien dirigía Icodes, un centro de estudios sobre comunicaciones al servicio del clero colombiano. Cuando años más tarde organizamos y asumimos la dirección del Noticiero 24 Horas en televisión, lo invitamos a que nos colaborara.
Desde el primer día y durante veinte años, se dedicó a sus Informes Especiales, en donde con singular destreza profesional y gran conocimiento de los temas, se hizo un obligatorio referente del telediario.
Era un hombre austero en el actuar, en el decir y en el vestir, pero también tenía un muy especial sentido del humor y valoraba profundamente la amistad. Opinaba que el ejercicio profesional debía caracterizarse por su independencia y no mostrar sesgos interesados. Neutral pero no indiferente, Era muy respetuoso de sus fuentes informativas y en su trato con ellas. Se vanagloriaba de ser "un simple cargaladrillos" y a lo largo de toda su exitosa carrera no aspiró a ser nada distinto.
Cuanta falta nos hace Javier Darío en estos tiempos tan convulsionados. Su ponderación de juicio y su visión orbital de los sucesos brilla hoy por su ausencia en nuestro panorama informativo. Cuánto detestaba el periodismo amarillo y la forma irresponsable como se abordaban los hechos del día a día. Hoy no hay el menor respeto por la intimidad y mucho menos por la privacidad. El protagonismo y en especial el protagonismo político, se busca sin reparar mientes en las víctimas que deja a su paso.
Cómo nos están haciendo de falta figuras de la talla moral de un Álvaro Gómez Hurtado, Su elegante y responsable comportamiento en las grandes crisis. Sus luces y su ponderado juicio. Por ello es bueno recordar las palabras pontificias de Francisco cuando nos alerta; "Que importante es el diálogo ético, pero de una ática con bondad. La ética debe ser floración de la bondad humana. Debe ser nuestro camino para ser buenos como personas y como sociedad".
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Algo realmente preocupante está ocurriendo en Colombia en relación con el orden público. Ciento veinte líderes de derechos humanos han sido asesinados el año pasado y los primero días de este 2020. Todo parece indicar que el paramilitarismo y el narcotráfico están volviendo a sembrar el miedo en distintas partes del país, totalmente desprotegidas de la presencia policial o militar.
“Acabar con esas violaciones son un asunto de honor para el gobierno" declaró el alto comisionado para la paz. Sin embargo no se dan a conocer las medidas que hay que tomar para acabar con estas masacres. Como resaltado de esta situación las movilizaciones y desplazamientos siguen a la orden del día. Como si fuera poco, cada jornada nos trae más disturbios y asonadas.
Adenda
Sangrientas guerras se han producido por "involuntarios" errores humanos. La ultima y que amenaza con agravarse se está gestando entre Irán y los Estados Unidos. Dios nos guarde de la intemperancia y de la ignorancia del Sr. Trump.