La mujer hoy (1) | El Nuevo Siglo
Domingo, 8 de Marzo de 2020

“Mucha inseguridad por las redes sociales”

 #, las mujeres están insatisfechas con su cuerpo, y esto no es nuevo, sin embargo, la inseguridad de las mujeres jóvenes -y de otras- han aumentado constantemente desde la aparición de las redes sociales: para ellas algo es demasiado grande o demasiado pequeño, demasiado delgado o demasiado gordo, demasiado poco o demasiado mucho. Demasiado corto o demasiado largo. Instagram y otras redes proponen modelos, supuestamente, más bonitas llevando a las mayorías a opinar: “me gusta”.

El uso diario de celulares estimula las comparaciones y auto calificaciones, las mujeres jóvenes se enfocan mucho en lo que no son o creen que no tienen: se sienten deficientes. No pueden escaparse de poder que tienen las imágenes. Hay mucha inseguridad entre las mujeres debido a las redes sociales y esta explosión de imágenes las lleva a pensar que solo pueden ser demasiado delgadas o demasiado gordas. No pueden encajar: no es fácil ser mujer. Y la presión que pesa sobre estas es más fuerte porque el cuerpo femenino -en ciertos grupos sociales- ha sido, durante siglos, el escenario de la identidad femenina y las redes sociales han intensificado esta tragedia de manera masiva.

Estamos hablando de mujeres en cierta edad, inestables, desprevenidas, a las cuales estos organismos apuntan sin compasión. Es un verdadero problema que no es tan sencillo solucionar. No se sienten bien con su cuerpo si no están a la moda. Están obsesionadas con las redes sociales, enfocadas al ideal de belleza artificial de los medios y sus cuerpos nunca encajan ahí. Siendo que las modelos nunca se ven como son: son artificiales, y las victimas de estas redes sociales sufren porque no  cumplen o no se consideran lo suficientemente bellas, delgadas, musculosas o cualquier otra cosa, como los maniquís.

Resulta que cuando apareció el instagram y otras plataformas atractivas, con supermodelos, las jovencitas desprevenidas cayeron en las redes del mercadeo como inspiración para ser delgadas. Veían muchas fotos de maniquís (humanos) extremadamente delgados según el Thinbook: personas que se ven muy delgadas y atractivas para alentar a otras a que resistan o aguanten perder más peso aun. Llevándolas a hacer más deporte, a comer aun menos. Y la imagen ideal de la perfección deriva en comportamientos autodestructivos: hacer lo que hago ya no es voluntario: no es embellecerme o trabajarme a mi misma, sino lo que veo como la obligación, que muchos llama la voz interior, el dictador que sencillamente se lo pide: “Y need to be thin”. No se trata de una elección libre, sienten que tienen una obligación que cumplir. (Lo anterior de Cfr. DW)

De esta manera pasó a la historia la belleza de la mujer que atraía a su pareja: su feminidad, su vocación de amar, su ternura, su nobleza, su fortaleza moral, su instinto maternal, su espiritualidad. Perdió su capacidad de administrar su hogar, un negocio, una empresa, un país, gracias a su espíritu conciliador, su capacidad de reflexionar a partir de su formidable memoria. Han pisoteado a la mujer con las redes sociales en manos de mercaderes irresponsables, gobiernos indiferentes, y el juego con la verdad de la persona humana. Cambiaron el alma humana por un plato de lentejas.