La nueva juventud libre (I) | El Nuevo Siglo
Sábado, 6 de Febrero de 2021

 “Cuando se recibe la información a través de los medios de comunicación, se comprueba enseguida que hay un tema dominante: el fútbol y las ligas de fútbol. Este deporte se ha convertido en un acontecimiento universal que une a las personas del mundo por encima de las fronteras, con un mismo sentido, con idénticas ilusiones, temores, pasiones y alegrías. Todo esto nos revela que nos encontramos frente a un fenómeno genuinamente humano (…)  El juego viene a ser una especie de regreso al hogar primero, al paraíso; como una escapatoria de la existencia cotidiana, con su dureza esclavizante.”

“El juego tiene, sobre todos los niños, un sentido distinto: es un entrenamiento para la vida. A mi juicio, la fascinación del fútbol consiste, esencialmente, en que sabe unir de forma convincente estos dos sentidos: ayuda a la persona a auto disciplinarse y le enseña a colaborar con los demás dentro de un equipo, mostrándole cómo puede enfrentarse con los otros de una forma noble (…) Al contemplarlo, las personas se identifican con ese juego, haciendo suyo ese espíritu de colaboración y de confrontación leal con los demás (…) Al pensar detenidamente en esto, se plantea la posibilidad de aprender a vivir con el espíritu del juego, porque la libertad del hombre se alimenta también de reglas y de autodisciplina.”

“La visión del mundo que vibra con el juego debería servirnos para algo más que para entrenarnos, porque si llegáramos al fondo de la cuestión, el juego podría mostrarnos una nueva forma de entender la vida.” (Hasta aquí de J. Ratzinger)

 Además, al hablar de educación lo propio es recordar estas lecciones: “para entender la verdad de algún gobierno entiendan primero las respectiva nación, y para en entender a la persona humana entiendan primero la educación que ésta ha tenido, viendo si se privilegia la libertad, y la inteligencia; y Platón nos dice que “enseñar es escribir en el alma de los hombres”, y que “una educación recta es la que se muestra capaz de dar la máxima belleza y bondad a los cuerpos y a las almas”.

 Por esto, la tarea del educador depende de la atención especial que le da a cada alumno a cada alumna: la relación maestro-alumno, necesariamente, debe ser: personal (ver en cada alumno o alumna un amigo o una amiga), personalizada (respetar a cada alumno o alumna según las capacidades naturales), personalizante (llevar a cada alumno o alumna al máximo de sus intereses y habilidades). Estas vienen a ser la columna vertebral de la relación maestro-alumno-alumna. Y resulta que todo entrenador deportivo, al cumplir con su vocación, cumple con estas tres leyes de su vocación. Y así, es el mejor ejemplo de un educador.

 De aquí la idea de motivar y capacitar a padres y madres de familia de los municipios más lejanos o aislados del país para ser entrenadores de sus hijos, y formen equipos, con la cooperación y apoyo de los respectivos alcaldes. Reuniendo a los vecinos para que al lado de cada escuela y colegio hagan parques deportivos según las los reglamentos, de manera que la juventud y la niñez se preparen para competir con las demás veredas, municipios y departamentos.