En medio de la tormenta financiera con la quiebra del Silicon Valley y que ha continuado en Europa con el más que un traspiés del Credit Suisse, en España estamos inmersos en la campaña electoral que ha comenzado, aunque oficialmente no lo haya hecho. Pero tanto da. Ahora mismo todos los partidos están en campaña y sus líderes dicen y actúan pensando en las elecciones de mayo.
Sin duda la moción de censura será un acto más de la campaña electoral. Una oportunidad estupenda que Vox le brinda al presidente de gobierno Pedro Sánchez para que se luzca enfrentándose a Ramón Tamames, un hombre que fue e hizo mucho, pero a lo que parece solo le quedan grandes dosis de vanidad. En mi opinión puede que este esperpento de la moción de censura presentada por Vox no solo se lleve por delante el prestigio de Tamames sino también provoque un agujero en ese partido.
Pero volviendo al meollo de la campaña, en los aledaños de la Moncloa cuentan que el Presidente está convencido de que al Psoe le va a ir mejor en las urnas de lo que auguran las encuestas, salvo la del CIS que esa siempre le da ganador. Y cuentan también en los mentideros madrileños que Nuñez Feijóo se muestra cauto porque no es de los que dan nada por ganado de antemano. Así, pues, Sánchez intenta insuflar ánimos a los suyos y Nuñez Feijóo contener los excesivos entusiasmos en sus filas. Es decir que no den por segura la piel del oso antes de haberlo cazado. Así de diferentes son el uno y el otro.
Lo cierto es que en las elecciones del 28 de mayo ambos se juegan mucho, porque el partido que gane estará mejor colocado para la segunda cita electoral, la de las elecciones generales a finales de año.
La cuestión es cuántas comunidades autónomas logrará retener el Psoe y en cuantas obtendrá la victoria el PP. La suerte de unos será la cuesta debajo de los otros.
En cuanto a Podemos y a Vox, también se juegan una parte de su futuro, porque los votos que obtengan sentenciarán si van a seguir siendo relevantes o no, es decir si el Psoe podrá contar con Podemos para gobernar porque este grupo mantiene su peso político, aunque sea vía Sumar de Yolanda Díaz a la que los socialistas prefieren.
Lo cierto es que Yolanda Díaz viene trabajando su liderazgo en lo que hay a la izquierda del Psoe. No hay duda que es una mujer ambiciosa, que durante toda su carrera política ha sabido aprovechar todas las oportunidades incluida la de sacar rédito a su estancia en el Gobierno al que llegó gracias a Pablo Iglesias, que apostó por ella. No obstante, está por ver cuál es el apoyo real de Yolanda Díaz entre los ciudadanos y si su Sumar efectivamente suma o resta.
En cuanto a Vox, como decía en líneas anteriores, habrá que ver si se deshincha como un globo y sus votantes regresan al PP o por el contrario mantiene el músculo electoral.
De manera que el futuro de nuestro país se empezará a dilucidar el 28 de mayo, momento en que de verdad sabremos si la sociedad apuesta por la continuidad o el cambio.
La carrera electoral está en marcha mientras más allá de nosotros la economía mundial tiembla, veremos qué efecto tiene ese temblor en la campaña y en el resultado electoral.