¿La sinrazón juvenil? (I) | El Nuevo Siglo
Viernes, 9 de Julio de 2021

Y la historia se repite: los recientes ríos de jóvenes por las calles de Colombia evidencian que el fracaso de nuestra educación, las formidables manifestaciones por las calles -bailes, cantos, pancartas, frases inteligentes…- son señal de un descontento generalizado y justo. Estos no entienden la razón del desastre que vivimos hace casi un siglo: el lazo no da más.

La injusticia social, el desgobierno, la corrupción, la improvisación, la manipulación de la “verdad” por parte de muchos medios de la comunicación politizada ya hizo rebosar la copa. Y las comunicaciones virtuales no se quedan atrás, resumiendo en pocas palabras toda clase de ideologías, verdades a medias (pocas verdades reales y muchas opiniones, bien presentadas, pero más falsas que un billete de cuero), desorientando a las grandes mayorías ignorantes, sin pena ni gloria.     

Es irónico que hace un siglo Laureano Gómez (conservador y fundador de este medio de comunicación) soñaba con un país que velara por la Justicia Social Universal… Para el presidente Gómez tenía sentido la Declaratoria Política de J.E. Caro y M. Ospina el 4 de octubre de 1849 (adaptada al siglo XX) resuelven que “El partido conservador es el que reconoce i sostiene el programa siguiente.

 -El orden constitucional contra la dictadura;

-la legalidad contra las vías de hecho;

-la moral del cristianismo i sus doctrinas civilizadoras contra la inmoralidad i las doctrinas corruptas del materialismo i del ateísmo.

-La libertad racional, en todas sus diferentes aplicaciones, contra la opresión i el despotismo monárquico, militar, demagógico, literario, etc. etc. etc;

-La igualdad legal contra el privilegio aristocrático, oclorático, universitario, o cualquiera otro;    

-la tolerancia real i efectiva contra el exclusivismo i la persecución, sea del católico contra el protestante, o el deísta, i del ateísta contra el jesuita i el fraile, etc;

La propiedad contra el robo i la usurpación, ejercida por los comunistas, los socialistas, los supremos, o cualesquiera otros;

- la seguridad contra la barbarie.”

En consecuencia, el que no acepta algo de estos artículos no es conservador.

Estos principios fueron el norte del conservatismo hasta el 13 de junio de 1953, con el golpe de Estado de Gustavo Rojas Pinilla, con el beneplácito del Partido Liberal y el destierro del presidente Gómez -posiblemente, el presidente, posiblemente, más brillante y preparado del siglo XX, y de Jorge Leyva, -mi papá- lo que significó la muerte de los principios y valores sociales que hoy reclaman los jóvenes colombianos.

Irónicamente, esto es lo que están reclamando los jóvenes que protestan en las calles, exigiendo del gobierno una vida digna para todos, Estado Social de Derecho, una Economía Social de Mercado, según los ideales de nuestra Constitución del 91. Estos no saben que esta fue pensada con la mejor intención, pero que no han sido preparados para llevar a nuestro amado país a ser grande, soberano y libre: un país en el que se respete la razón del bien común, la solidaridad, la subsidiaridad, la dignidad humana.

Hoy, la supuesta Educación Nacional, en el mejor de los casos, prepara a la niñez y a la juventud para que maneje un saber ajeno a nuestras necesidades, memorizando, copiando, compitiendo con tecnologías trasnochadas, irrelevantes.