Al mundo lo mueve el libro. El mejor símbolo de la cultura es el libro. La prueba reina de la trascendencia del libro en la vida de los pueblos es el libro. Recordemos libros que han sacudido a todos los pueblos. La Biblia, El Corán, El Contrato Social, El Capital y los libros con las enseñanzas eternas de Buda, Confucio y tantos líderes que han dirigido a las naciones.
En la Academia Colombiana de Historia que tan dinámicamente conducen Eduardo Durán y Luis Horacio López, fue presentado un volumen maravilloso sobre Jorge Eliécer Gaitán del destacado compañero en esta Academia, catedrático Julio Roberto Galindo Hoyos. Patrocinó esta edición la Universidad Libre, que fuera conducida en su momento por Gaitán, además de haber sido uno de sus catedráticos más destacados. Ojalá otras universidades sigan el ejemplo de la Universidad Libre en eso de poner en circulación, con estimulante frecuencia libros, revistas, opúsculos, folletos y separatas, sobre muy variados temas, tratados por las más reputadas autoridades en la ciencia.
Mi libro sobre Gaitán y las Luchas Sociales, ha tenido varias ediciones patrocinadas por Tercer Mundo, Grijalbo y la Universidad Simón Bolívar que dirige el doctor Jorge Consuegra.
Gloria Gaitán me invito a dictar charlas sobre Gaitán en Barranquilla y Cartagena, pues sostiene que resulta interesante que un hombre de derecha como el suscrito, haya profundizado tanto el tema de Gaitán, en lo humano y en lo social. Los macizos libros del doctor Galindo Hoyos y este sobre Gaitán gustan y cautivan, pues cumplen con los requisitos básicos de un buen historiador. La historia es arte y es ciencia; pide al escritor inspiración, pero también rigor, investigación y soporte documental.
Gaitán fue un hombre áspero, voluntarioso, arrogante. La soberbia de Gaitán y de Gabriel Turbay, dividió de tal manera al liberalismo que le colocaron un tapete rojo al doctor Mariano Ospina Pérez para ganar la primera magistratura de la Nación.
En Gaitán existió, como en ningún otro caudillo, la fibra auténticamente popular...como todo ser humano amo el poder, las distinciones, los honores y su cultivo desmedido del yo, no le permitió un comando de figuras nacionales a su lado. Eso pasa con los movimientos caudillistas. Laureano y Gaitán eran como un árbol poderoso y frondoso que todo lo que estaba a su lado se esterilizaba. Al morir Gaitán, la ausencia de líderes en su movimiento facilitó a la llamada por este conductor “oligarquías”, rescatar el Partido Liberal. El doctor Carlos Lleras Restrepo, el hombre más importante en el sector adversario, pronunció el discurso en las honras fúnebres del tribuno del pueblo. Y lo que es más trascendental, se quedó nuevamente con el liberalismo.
Gaitán fue como un relámpago, todo luz y energía, pero ¡fugaz!
En la tribuna, Gaitán como lo expresa Julio Roberto Galindo Hoyos, se transformaba, electrizaba a la multitud, sacudía hondamente a la multitud. Demóstenes se expresó que su elocuencia era más temible que un Ejército en pie de guerra.