“Ningún país presta tanta atención como Colombia”
El informe de Human Rights Watch se limita a recoger lo que otras investigaciones ya habían documentado sobre la situación en el Catatumbo. La revista Semana, periodistas, así como informes de ONGs y de entidades gubernamentales, se habían referido a la situación de extrema inseguridad que allí se padece por la guerra entre el Eln, el Epl y el frente 33 de las Farc, y a las dificultades que confronta la Fuerza Pública para combatir todos esos fenómenos delictuales.
El aumento de asesinatos, desapariciones, desplazamientos y reclutamientos forzados perpetrados por el enfrentamiento armado de esas organizaciones armadas, indujeron al gobierno a enviar una Fuerza de Despliegue Rápido que procurara poner fin al control social y territorial de los grupos armados ilegales.
Asimismo, las dificultades enfrentadas por la institucionalidad en su tarea de recuperación del territorio, neutralización de los grupos armados, investigación y sanción de los delitos perpetrados y recuperación de la seguridad, se hallaban diagnosticadas y conocidas y habían sido objeto de medidas de los órganos competentes del gobierno y de evaluaciones que demostraban los obstáculos enfrentados y las falencias que requerían urgentes correcciones. Por ello, las recomendaciones de HRW corresponden a políticas que el gobierno ha venido ejecutando en medio de ingentes dificultades presupuestales y de seguridad.
El informe no contiene mayores novedades y pudo haber sido escrito en Bogotá. Lo que si ameritaba la presencia de HRW en el Catatumbo corresponde a los hechos que se omitieron a pesar de la reiterada evidencia que los caracteriza. El análisis de la situación en esa región no podía obviar la avasalladora realidad de la connivencia del régimen de Maduro con el Eln, el frente 33 de las Farc, y en general con las otras organizaciones dedicadas al narcotráfico, toda ellas socias y aliadas del régimen mafioso que oprime a Venezuela, que prohíja, apoya y protege su accionar en territorio colombiano.
Esa intervención no solo estimula la constante y graves violaciones a los derechos humanos, sino que constituye abierta intrusión foránea en territorio colombiano, que representa grave amenaza a la seguridad nacional y a la paz hemisférica. Ello explica también que el informe se haya limitado a examinar la migración de venezolanos desde la sola perspectiva de los derechos infringidos por la violencia que se vive, sin reparar que también involucra la presencia y acción de la inteligencia del régimen mafioso para fortalecer la siembra y cultivo de la coca que estimuló el gobierno anterior y la acción y actividad del Eln y la Farc contra la democracia y el pueblo de Colombia.
Ningún país presta la atención que Colombia le dispensa a HRW y a Vivanco. Es hora de que el gobierno tome conciencia de ello