Si nos detenemos un instante a revisar el desarrollo de las campañas políticas por gobernaciones y alcaldías del país, identificamos tres grandes columnas que soportan las necesidades ciudadanas de mayor impacto: una es la salud, otra hace referencia a educación y una tercera de seguridad. Últimamente en mis artículos me he referido a la seguridad por saberla necesaria y urgente de atender. No quiere decir esto que la gobernabilidad solo deba contemplar los referidos aspectos, porque al interior de las administraciones existen carteras que por su preponderancia ameritan especial cuidado, pero las referidas colman expectativas sobresalientes en las comunidades, convirtiéndose en molestias sentidas
Mi preocupación se basa en las intervenciones de los diferentes candidatos, donde hacen alusión al asunto de la seguridad, demostrándose solventes en el conocimiento de las estadísticas e informados sobre las diferentes patologías sociales presentes en sus jurisdicciones, han recogido información puntualizada y tienen diagnosticada la realidad, diagnóstico de conocimiento popular, lo que permite al electorado corroborar la noción del candidato sobre el tema. Pero lo grave es saber el que, sin poder manifestar el cómo, es decir nada ganamos si nuestros candidatos y las personas que los asesoran no muestran a más del concomimiento, las estrategias, tácticas, maniobras a emplear para enfrentar ese escenario de inseguridad que hace presencia, como es sabido, en todo el territorio patrio
El recurso de pedir más pie de fuerza, lo invocan la mayoría de aspirantes, olvidando las necesidades de personal existentes en la institución policial; otros se apalancan sobre las fallas operativas o procedimientos equivocados para estigmatizar la labor y prometen cambio radicales del servicio mismo. También tenemos los que sacan del sombrero como mago en función, la organización de nuevas instituciones encaminadas al control del orden público y seguridad ciudadana, hablan de encarar los habitantes de la calle para reubicarlos. En fin, son muchos los ingenios de campaña; pero qué sano sería escuchar la solución del tema justicia, saber la maniobra para lograr cárceles decorosas, que nos direccionen a una pronta y efectiva justicia, porque en Bogotá y las ciudades principales el país, el problema carcelario en una mácula que conduce a la impunidad, camino directo hacia la inseguridad.
Cómo sería de atractivo escuchar el proyecto integral de manejo para controlar los parques públicos, urgidos de seguridad por simbolizar el recreo y entretenimiento del vecindario; no olvidemos que los parques son el club del barrio, invadidos hoy por habitantes de la calle y todo tipo de padecimientos ciudadanos. Recordemos la premura de comprometer la ciudadanía en su propia seguridad. ¿Existirán los mecanismos para motivar los núcleos ciudadanos con las administraciones buscando la solidaridad?
Definitivamente hacen falta estudios a futuro en seguridad, existen muchos expertos que pueden direccionar las campañas sobre este asunto tan delicado.