Cuando los toros se observan desde la barrera es fácil hacer críticas apuradas, pues no es lo mismo estar en el ruedo cómodamente observando la lidia y consumiendo manzanilla en la bota.
Esta reflexión viene a raíz de lo que se oye sobre lo que supuestamente están pronosticando el futuro del país como consecuencia de la elección del próximo gobierno. Por el contrario, quienes están en campaña por el poder saben y entienden que la publicidad y propaganda que se hace no es ajustada a la verdad. Y menos la que rueda por las redes antisociales. La amenaza de que se está corriendo el riesgo de caer en un gobierno “castrochavista” está manipulando la conciencia de los electores y muchos ya han decidido no participar en la elección y otros se han rendido para sufragar a favor de los representantes de la tradicional clase dirigente. Para sustentar sus argumentos suelen mostrar la tragedia del pueblo venezolano.
No es hora de analizar la historia de los vecinos de Maracaibo. Dejemos que la historia dicte su sentencia. Lo que si hay que describir es lo que la filosofía de la historia enseña acerca de las políticas imperialistas. Hay un texto que vale la pena leer para entender estos “secretos”. “El Imperialismo” de Hanna Arendt.
Haciendo un raciocinio de los postulados que enseña se concluye que cualquier gobierno de izquierda que se elija en estas elecciones sufrirá las mismas consecuencias que han padecido los elegidos en este continente. Y para el ejemplo un botón. Mírese lo que padeció Juan Domingo Perón gracias a las descaradas interferencias del embajador de los EE.UU., Spruille Braden. Ese mismo embajador fue uno de los “enemigos” ocultos de Laureano Gómez y este no es un invento, basta leer los documentos que Otto Morales adjunta a su biografía de Eduardo Santos., episodios de hace más de setenta años. (Pág. 229 T2)
En estas épocas, demuestra Hanna, ya el combate no se hace con armas. La guerra ahora se hace desde las bolsas de valores y en el campo de las multinacionales. Para desacreditar un gobierno basta simplemente con manipular su economía, no importa que sea el pueblo la víctima. Esta experiencia le enseñará que no debe confiar en esas políticas contrarias al statu quo. Y esta estrategia no es un secreto. La conversación de Juan Manuel con Rex Tillerson, Secretario de Estado, giró en torno a la alianza para derrocar a Maduro, valiéndose de bloqueos económicos antes que utilizar la fuerza. “Anuncio que su país está analizando más medidas contra Venezuela, como será sancionar las ventas de crudo…” El Nuevo Siglo. (6-2-2018. Pág. 4a.) El canciller argentino Jorge Faurie, a su turno, se sumó a esa estrategia imperialista: “Controlar el financiamiento”, adujo. ¡Hay que pensar por quien se vota y medir las consecuencias! El éxito de la corrida ¿depende del toro o del torero?