MARÍA CLARA OSPINA | El Nuevo Siglo
Miércoles, 3 de Octubre de 2012

¡Capriles, sí puede!

 

A días de las elecciones, Hugo Chávez ha redoblado su andanada de insultos contra el candidato de la oposición, Henrique Capriles. Lo ha llamado “analfabeta político, un majunche, bueno para nada, un mediocre” y muchas afrentas peores, propias del vocabulario de Chávez.

Esto es una clara muestra de que el Presidente venezolano tiene miedo. Está comenzando a oler una posible derrota. Todos sabemos que ultrajar es una de sus estrategias preferidas. Cuando se siente acorralado, reacciona igual a un animal salvaje, ataca enfurecido.

Viendo las fotografías de las multitudes que salen a las plazas a  acompañar y vivar a Capriles, Chávez tiene razón en temer una derrota que le sea imposible de falsear con su maquinaria electoral electrónica.

En las últimas semanas la campaña presidencial del opositor se ha disparado. Capriles ha visitado hasta los pueblos más apartados, algunos de ellos nunca visitados por un candidato. Ha mantenido un discurso limpio, sin ofender a los chavistas, sin insultar a Chávez. Un discurso de unidad nacional. Habla de la concordia, la restauración de la democracia real, el respeto por la propiedad privada, la seguridad ciudadana, de programas sociales de gran alcance y la promoción de Venezuela como un lugar atractivo para que los capitales extranjeros regresen a invertir, crear industria y empleos. Promete continuar con los programas de asistencia social de Chávez, pero mejorados, orientándolos más hacia el empleo que hacia la limosna.

Capriles ha insistido en que no permitirá que Venezuela continúe siendo una madriguera para terroristas de las Farc y de la Eta. Recientemente manifestó: “En nuestro Gobierno, las fronteras venezolanas no serán cómplices de la irregularidad, sino la puerta de entrada para el intercambio de oportunidades que beneficien a los venezolanos”.

 En las últimas encuestas se ve un empate virtual entre los dos candidatos, quizá con un leve punteo de Capriles; pero los analistas políticos independientes piensan que su triunfo vendrá del voto oculto. Del voto de aquellos que no participan en las encuestas y no le han dicho a nadie, ni siquiera a su madre, por quien van a votar; estos pueden ser más un 12 % de la población.

El centro Gumilla de Venezuela, en una encuesta publicada en abril, dice que el 42% de la población más pobre del país tiene miedo de hablar sobre el tema de su voto. Ya en campañas anteriores, los que han manifestado su oposición a Chávez han sufrido persecución y han perdido sus empleos en el Gobierno y los de clase media e industrial, han sufrido expropiaciones y amenazas serias en todo nivel. Esto ha sido denunciado ante la Organización Internacional del Trabajo y ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

 

¡Capriles sí puede ganar! Su triunfo, el 7 de octubre, marcará el fin de una época que será recordada como una de las peores que ha vivido Venezuela. Fin de la exportación de revolución al estilo castrista, fin de la promoción del odio entre venezolanos.