MARÍA CLARA OSPINA | El Nuevo Siglo
Miércoles, 9 de Enero de 2013

Venezuela satélite cubano

 

Da  pena ver cómo el futuro político de Venezuela parece estar en manos de los comunistas cubanos. Por lo que hemos visto en el último año, y muy especialmente en las últimas semanas, los hermanos Castro, aprovechando las circunstancias de la deteriorada salud de Chávez, son ahora los dueños de las cuerdas del poder político venezolano y, como titiriteros infernales, manejan a los posibles herederos del chavismo a su complacencia; tanto, que más parece Venezuela un satélite de Cuba, que una nación soberana.

Es realmente penoso ver al bravo pueblo venezolano, nuestro compañero en la gesta de la Independencia, manipulado de tal manera por un par de personajes que todo lo que buscan es asegurarse, que quien remplace a Chávez, continúe remitiendo a la isla los millones de dólares y barriles de petróleo necesarios para que ellos continúen sosteniendo su fracasada revolución. 

Pero ha sido el mismo Hugo Chávez el arquitecto de tal humillación hacia su pueblo. Fue él quien convirtió a Fidel Castro en su maestro y confidente. Fue el Presidente venezolano quien llenó su patria de asesores militares, médicos, técnicos y maestros cubanos, colocándolos por encima de los mismos venezolanos. Fue Chávez, quien en su hora de enfermedad, confió más en la medicina cubana que en la de su propio país. Y ha preferido mantener su verdadera condición médica en secreto para  su pueblo. 

Hoy, exceptuando un puñado de familiares o íntimos de Chávez, nadie en Venezuela, ni los más fanáticos chavistas y los más empedernidos opositores, saben qué pasa con su Presidente, si está muerto, agonizando o si simplemente se trata de otra de sus tretas. Esto es tan absurdo que parece un cuento de Ripley. No entiendo cómo el pueblo venezolano aguanta ser mantenido en la ignorancia.

 Y es así como hemos visto el vergonzoso desfile de posibles sucesores de Hugo Chávez viajando a rendir tributo a los hermanos Castro, a ver a quien le hacen  el guiño de poder. Porque la verdad es que si Chávez está agonizando, como se cree, ya el pobre está más allá del bien y del mal, y nada puede añadir a lo que ordenó antes de partir hacia La Habana.

Casi residente en Cuba hemos visto últimamente a Nicolás Maduro Moros, ex chófer de bus y líder sindicalista, hoy Vicepresidente de Venezuela, quien se considera es el discípulo predilecto de la revolución cubana.

Ya llegó a La Habana, también, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, exgobernador del Estado Miranda, a quien corresponde remplazar provisionalmente al Presidente si este fallece. Hombre de formación militar, hasta hace poco parecía ser más independiente de los designios cubanos, pero quien, aparentemente por el momento, ha entrado en el juego de la supremacía cubana en los designios de la política venezolana.

Tarde o temprano sabremos la verdad sobre la salud de Chávez. Y, ojalá,  pronto los venezolanos se sacudan del yugo de los hermanos Castro y recuperen la voz en su propio destino.