En mi pasada columna denuncié categóricamente cómo el hoy recluso y exrector de la Universidad Distrital, Wilman Muñoz, logró comprar a punta de contratos el silencio del entonces concejal y hoy ‘Honorable’ Senador de la República y precandidato presidencial del Partido Verde, Antonio Sanguino. Este supuesto adalid de la moral hizo parte de su capital político en Bogotá denunciando, en 2015, las descaradas irregularidades que ocurrían bajo la cuestionada administración de Muñoz.
No obstante, la cruzada por salvar el dinero de los bogotanos que fingía Sanguino acabó cuando el corrupto exrector le adjudicó el primero de varios contratos a su esposa Diana Marcela Meza Arcila. Asumí que el precio del silencio de Sanguino rondaba alrededor de 311 millones de pesos, de los cuales, 45 millones eran para los gastos de movilización de Marcela. ¡Qué equivocado estaba! ¡Qué crédulo! Resulta y pasa que el descaro de los promotores del referendo anticorrupción no conoce límites.
En efecto, el fiel seguidor de la señora anticorrupción (Claudia López), no se limitaría solo a cuadrar a su esposa en la nómina de la Distrital. ¡No señor! Sanguino aprovechó la oportunidad para también conseguirle un contratico a su cuñada, María del Mar Londoño Arcila (No. 432 de 2016) y, también, a la mejor ‘amiguis’ de su esposa, la arquitecta María del Pilar Ávila Rodríguez (No. 2144 de 2016). Mejor dicho: ¡toda una familia IDEXUD! El vehículo favorito de favores del rector Muñoz.
El contrato de la cuñada es ¡el colmo de los descaros! Diana Marcela adaptó los requisitos a la medida de María del Mar, estos eran: ser estudiante de relaciones internacionales de séptimo semestre, tener una experiencia general mínima de tres meses y ninguna experiencia específica. Por supuesto, ¡los cumplió a cabalidad! Solo faltó poner su tipo de sangre y los últimos cuatro números de su cédula como requisitos. El contrato era de $6 millones por tan solo tres meses, dinero que a cualquier estudiante de pregrado le vendría más que bien. Además, María del Mar podría estar tranquila por la ejecución de éste, ya que quien lo supervisaba era nada más y nada menos que su propia hermana, la misma Diana Marcela, esposa de Sanguino. Una verdadera ‘corbata’.
Por otro lado, María del Pilar, la ‘amiguis’, recibió un contrato por $27 millones. A lo mejor lo cuadraron en alguna de esas rumbas en las que aparecen divirtiéndose en las redes sociales. La ‘amiguis’ gozaba de la misma tranquilidad que la cuñada de Sanguino ¿porque adivinen que?, Diana Marcela, también supervisaba su contrato.
Sanguino como otros precandidatos, no tiene autoridad moral de nada. Se suma al de las bolsas de billetes, al del morral también con billetes, al que nos dejó las inservibles calzadas de Transmilenio, al exministro de salud que le entregó Saludcoop a los políticos y regaló Cafesalud, al ministro de Dragacol, al gobernador de Hidroituango, al ministro de la mermelada y al toche de las trompadas. ¡En fin! A Sanguinear se dijo.