Metástasis | El Nuevo Siglo
Viernes, 24 de Agosto de 2018

Colombia sufre la enfermedad de las drogas. Una enfermedad que financia la mayoría de nuestra violencia, que asesina líderes sociales, que genera corrupción y destruye nuestra economía. Una enfermedad que además ataca a nuestra juventud. Luchar contra las drogas -aunque sea mientras llega al mundo la legalización- es un imperativo.
La situación del narcotráfico en nuestro país lejos de mejorar ha empeorado. Ya no solo tenemos los cultivos, sino una cifra récord de cultivos; además la adicción ha venido creciendo, y los jóvenes además de adictos se han convertido en los distribuidores, el microtráfico se está tomando el país, todos sus municipios.
El pasado miércoles realicé un debate en el Senado. En nuestro país está el 69% de los cultivos de cocaína del mundo con más de 209.000 hectáreas y cerca de 1.000 toneladas métricas de producción por año. Aquello no ha disparado las alertas de los colombianos, a veces pareciera que lo ha recibido con mayor consternación los EE.UU. Y claro que para los gringos es grave ver como el esfuerzo en vidas y recursos que se hizo con el Plan Colombia se dilapidó, pero para los colombianos debería ser aun mas alarmante.

Empezaron los asesinatos de líderes sociales. Los cultivos ilícitos también son responsables de fenómenos lamentables como el creciente asesinato de líderes sociales. Según Indepaz, el 83% de estos casos están relacionados con conflictos de tierras y recursos de la minería ilegal y cultivos ilícitos. Muchos líderes sociales han sido asesinados por apoyar programas de sustitución voluntaria de cultivos. El contrabando para lavar activos esta quebrando toda la industria nacional; compran mercancía en el exterior con los dólares del narcotráfico y la traen a Colombia, sub-facturada (contrabando) o incluso de contrabando directo y la venden perdiendo parte del valor, y no hay industria que pueda competir con ese “dumping”.

Los jóvenes colombianos se han vuelto adictos. Hay más de 1.5 millones de colombianos que son consumidores y a los más de 540.000 que tienen problema de abuso y dependencia. La proporción de colombianos que han consumido drogas, alguna vez en la vida, subió de 8.8% a 12.2% en menos de cinco años según el Observatorio de Drogas de Colombia. En Suramérica, Colombia ha subido posiciones en el consumo de cocaína y marihuana llegando al cuarto lugar, mientras en la anterior medición era el sexto. Las muertes en el mundo por abuso de drogas han subido un 60% entre 2000 y 2015. La OMS advierte que las drogas son los responsables de la muerte de más de medio millón de personas al año en el mundo.
La relación entre consumo y criminalidad se demuestra cuando se observa que el 25% de los jóvenes que están en el Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes tienen problemas de abuso y dependencia de drogas. Los delitos relacionados con drogas son el primer motivo por el que se realizan capturas en Colombia.

 

La dosis personal ha sido perjudicial. Ideológicamente no tengo ningún reparo, nada de critica hay en que cada adulto decida consumir o no. El problema es que esa “dosis personal” se convirtió en el escudo para hacer imposible la lucha contra los “jibaros”. Ahora todo aquel que vende droga en las calles, cuando es sorprendido pro las autoridades, dice portar su propia dosis. Las Cortes han ayudado a profundizar el problema con el concepto “dosis de aprovisionamiento” donde cada cual carga lo que quiera. Los parques, las salidas de los colegios, las calles se llenaron de jóvenes dedicados al micro tráfico, vendiendo para enriquecer organizaciones criminales.

No es cierto que no se pueda luchar contra el narcotráfico. Lo que si es claro, es que si no hay políticas para enfrentarlo -como no las ha habido en los últimos 6 años- la enfermedad hace metástasis. El reto del nuevo gobierno será una política integral que inicia en la prevención, pasa por la fumigación, la sustitución obligatoria, los programas sociales, la extradición, la extinción de dominio, la capacidad de decomisar toda la droga que este en la calle o el lugares públicos y el uso de la inteligencia financiera y los controles a la importaciones y muchos otros asuntos. El reto también esta en los colombianos, en entender que es una enfermedad mortal que no podemos dejar avanzar mas.