Falta escasos días para que finalice su segundo mandato como Alcalde Mayor de nuestra villa, el señor Enrique Peñalosa y para ser justos debemos considerarlo el mejor de nuestros burgomaestres, incluso mejor que don Fernando Mazuera Villegas y que el mismo Antanas Mockus. Durante su primera gestión, hace ya dos décadas, se la jugó por ampliar y modernizar nuestro sistema vial, especialmente se empeñó en diseñar grandes avenidas que le dieron otros aires a nuestra capital. En esa misma dirección mejoró los andenes e impulsó las ciclovías. Por esto sus críticos lo llamaron "el alcalde del cemento".
Aunque el adagio popular nos advierte que "nunca segundas partes han sido buenas", Peñalosa nos ha demostrado que en su caso las cosas no son así. En esta ocasión dio mucho más énfasis a las cuestiones sociales y a los trabajos "invisibles". Redujo significativamente los niveles de pobreza de nuestras clases marginadas, reduciendo de un 5,9% a un 4,3% los niveles de indigencia. En su última rendición de cuentas ha indicado que en los próximos años Bogotá tendrá que terminar obras por más de cincuenta billones de pesos que él deja planeadas y comenzadas, produciendo con ello más de quinientos mil empleos directos.
Por esta razón y muchas más es que la economía local está creciendo a tasas superiores al promedio nacional. La mayoría de sus indicadores han venido en constante espiral alcista, aunque la construcción está desacelerando su ritmo. Sin embargo, el superávit en oficinas y viviendas sigue disparado. Son muchas las que están en oferta de venta o arrendamiento.
En cuanto a movilidad el cronograma garantiza cincuenta kilómetros en nuevas troncales y en marcha el programa bandera de la actual administración: el metro elevado, que si se cumplen los plazos previstos estará en pleno funcionamiento en cuatro años y muy pronto comenzarán a rodar los buses eléctricos, para ayudar a la descontaminación ambiental.
Otro gerente con buenos resultados ha sido el de la educación, en donde se ha registrado una sensible baja en la deserción escolar de un 3.6% a un 1.6%, tomando un nuevo impulso la llamada "jornada única" que ha posibilitado el regreso a las aulas de más de doce mil estudiantes. Esto ha contribuido en grado sumo a reducir la vagancia y los delitos cometidos por la delincuencia juvenil, al tiempo que consolida la seguridad ciudadana, que ha visto como se han rebajado los homicidios de diez y siete muertes violentas por cada cien mil habitantes a sólo doce. Sin embargo subsiste una cierta percepción de inseguridad colectiva
Es por esto que creemos sinceramente que debemos despedir con honores más que merecidos a Don Enrique. Creemos, como muchos, que debe buscar niveles más altos, en la seguridad de que si en un futuro pretende llegar a la Casa de Nariño su valiosa hoja de vida le garantizará grandes posibilidades de éxito Ahora sólo nos resta desearle la mejor de las suertes a nuestra nueva Alcaldesa, Claudia López, para que continué la tarea y “construya sobre lo construido".