Nelson Crispín Corzo es un campeón con todas las letras bien puestas. Cuando llegó a la adolescencia tuvo que afrontar su realidad, no crecería. Aceptar que padecía acondroplasia, una condición que le impediría alcanzar la estatura promedio, no fue fácil; la forma en que lo hizo lo volvió grande. Hoy, a sus 29 años, atesora 7 medallas paralímpicas y es el orgullo de los colombianos.
La suya no es solo una historia sobre cómo superar las barreras de una sociedad que se niega a reconocer las diferencias. Su gesta es la de alguien que luchó en su interior hasta aceptarse y valorarse tal y como es. En un mundo donde nadie parece estar a gusto con su propio cuerpo, Nelson se sumergió en la búsqueda de sí mismo. Lo que descubrió en la profundidad de su ser, resultó grandioso. Solo entonces encontró la fuerza para salir de nuevo a la superficie y nadar contra todas las corrientes.
Un día acompañó a su hermano a una clase de natación y el profesor lo incluyó en el grupo. El entrenador William Jiménez no podía imaginar el alcance de aquel sencillo acto de reconocimiento. Al poco tiempo, ambos descubrirían la magnitud de la fuerza interior que impulsa a Nelson en el agua y en la vida misma.
Con cada brazada fue deshaciendo burlas, prejuicios y estereotipos. Aunque nada había cambiado alrededor, salir a la calle, subirse al bus y estar en el colegio, dejó de ser algo tortuoso. Él no era más alto y la exclusión era la misma, pero ahora se sabía más fuerte. Mientras afuera tantos intentaban ser otros, adentro Nelson aprendía a ser él mismo.
Entrenar fue conocerse. Repetir cada movimiento hasta incorporarlo como algo natural, fue adquirir plena consciencia de su cuerpo. Nelson aprendió a respirar y en la estela que desprendía a su paso, terminó por inspirar a los demás. Su cuerpo dejó de ser un problema para convertirse en un superpoder.
Luego vinieron las competencias y los triunfos. Hoy es el colombiano con mayor número de medallas paralímpicas en la historia. Compite junto a otros nadadores de baja estatura y en Tokio 2020 arrasó en todas las categorías en las que participó: oro y récord mundial en los 200 metros combinados de la categoría SM6; plata en los 100 metros pecho de la categoría SB6, bronce en los 50 metros mariposa en la categoría S6 y plata en los 100 metros libres en la categoría S6. Solo escribirlo es emocionante.
Lo que ha hecho Nelson en Tokio 2020 es épico e histórico. Lo que hizo su profesor hace 15 años, también; aunque fuera casi imperceptible. El apoyo de sus entrenadores y del comité paralímpico colombiano ha sido crucial. No lo ha hecho solo, pero sin reconciliarse consigo mismo hubiera sido imposible esta epopeya. Compitió contra la exclusión y venció, es mucho decir en un país como Colombia. Sus triunfos representan la esperanza de tantos otros que luchan en silencio por reconocerse y ser reconocidos. Nelson, es grande.
@tatianaduplat