No es bonanza | El Nuevo Siglo
Jueves, 24 de Noviembre de 2016

La situación actual del sector cafetero no puede calificarse de "bonanza", o por lo menos como se ha usado ese término en el sector en las últimas décadas.

El café va bien, pero no es para ‘fiestas’. Optimismo sí, bonanza no.

Algunas precisiones  del presidente de Asoexport, Carlos Ignacio Rojas a esta columna:

El término normalmente se refería al incremento rápido y de magnitud importante en el precio internacional del café, normalmente causado por un fenómeno climático en Brasil, generalmente una helada, efecto que ocurría, habitualmente, el segundo semestre del año.

Como la producción cafetera del Brasil fue subiendo, la posibilidad de la ocurrencia de un fenómeno de dicha naturaleza se fue reduciendo dramáticamente.

Ahora, por el contrario, el último incremento súbito del precio internacional del grano se dio por una sequía, iniciando en el primer trimestre de 2014, llegando a un máximo por encima de los USD2.20/libra en octubre, y manteniéndose hasta inicios del 2015.

En ese entonces, no se habló de bonanza, a pesar de los precios elevados porque la producción en ese año apenas se estaba recuperando.

Hoy, los precios internacionales, si bien están por encima del promedio histórico, aún no han alcanzado los 2 dólares por libra.

El incremento en los mismos, por otra parte, ha sido mucho más lento, con varios intentos de ascenso, que solo se concretaron a principios de octubre. Aun así, el ascenso ha sido mucho menos pronunciado que en anteriores ocasiones.

Así que no es una bonanza. Es una situación coyuntural positiva, donde se juntaron un tamaño de cosecha que no se veía en 22 años, y unos precios internacionales superiores al promedio, los cuales han sido magnificados en el precio interno por efecto de la tasa de cambio. Así, el precio interno está en niveles que no se veían en 5 años.

Dado que tenemos precios internos y buenas cantidades, podemos decir que los ingresos sí son mejores, pero no tanto como para calificarlos de bonanza, concluye Rojas.

Reflexiones: no se debe hablar de bonanza, la mitad de la cosecha se vendió como a $650.000 carga, pero no toda. Como dice el gerente de Fedecafé, el millón de pesos la carga es un ungüento que alivia dolores. Quizá el año entrante sea una grata esperanza para los cafeteros


Cosecha de arábigo está en su bianualidad pero disminuye y los conilones han sufrido mucho por fenómeno del Niño, no se ve recuperación de cotizaciones del petróleo y por ello es posible que los precios buenos continúen 


Se ve un gremio unido y eso cuenta.


Se trabaja en rentabilidad. Hoy tenemos promedio 18 sacos por hectárea. Hay que aumentar con variedades productivas que investiga Cenicafé. 


Hay buenas perspectivas con enfoque en rentabilidad, propuestas para innovar en recolección y cosecha por $7 billones en 2016 que irriga bienestar y paz.