La multinacional fabricó en América Latina, incluyendo a Colombia, su telaraña que ha atrapado a gobernantes, políticos, otorgantes de contratos y dispensadores de sobrecostos.
Las investigaciones avanzan, unos aceptan haber recibido millones de dólares las campañas presidenciales bajo la lupa, los inculpados juran y acusan a terceros, los sindicados se contradicen, huye un ex presidente peruano, por cuya captura ofrecen recompensa.
La confesión realizada en los Estados Unidos trajo el efecto dominó, quedó al descubierto la entrega de dinero sucio, de manera directa o indirecta, para comprar conciencias y lucrarse. Resulta Imprescindible vincular procesalmente a dichos funcionarios que poseen la identidad de los responsables a todo nivel.
Es ignominia y un oprobio que la empresa corrupta interponga demandas solicitando resarcimiento de “perjuicios” por montos exorbitantes fundamentándose en convenios ilícitos, urge revisar el funcionamiento de Tribunales de Arbitramento encargados de dirimir “diferencias” en contratos que contienen vicios de origen insanables.
En Colombia esperamos definiciones administrativas y judiciales, declaración de caducidades, amplia labor de la Fiscalía, de la Procuraduría, las indagaciones del Consejo Nacional Electoral respecto al ingreso oscuro de sumas a las campañas, descifrar si estas las metieron en sus bolsillos intermediarios o ingresaron a las tesorerías de los candidatos.
Que la firma cuestionada no adelante obra alguna, tenía un departamento de sobornos encargado de aprobarlos, gestionarlos, contactar a calanchines, pagarlos en paraísos fiscales o en efectivo, en mochilas o maletines, entregados en el lugar indicado por los sobornados. Canceló 430 millones de dólares a inmorales, cuadruplicó dicha cifra criminalmente, -en cinco años repartió coimas aquí por 11 millones de dólares- robó con descaro. En Suiza y Miami había funcionarios coordinadores de los desembolsos, con nombres de destinatarios y contraseñas de pagos. Suiza ha puesto ya a disposición de Panamá 22 millones de dólares provenientes de sobornos “que están congelados en cuentas de dos hijos del ex presidente Martinelli,” asombra enterarnos de los nombres mencionados y de su papel en la vida pública de nuestras naciones.
Conducente la reunión en Brasil del fiscal Martínez con sus homólogos para intercambiar información, se requiere afinar la estrategia de saneamiento. Se hace lo correcto, ojalá que los jueces cumplan su misión sancionando a los responsables. el Estado financiador de inequidades produce indignación y desconfianza el desempeño de los dirigentes. Otras empresas también sobornan, lo constatamos en recientes carruseles defraudadores. Un manto negro cubre la contratación pública en el continente, se une al descaecimiento de la actividad política, las democracias no lo son sustentadas en la corrupción, el voto ciudadano se pierde si quienes lo reciben forman parte de conglomerados cuyo fin es delinquir y empobrecer.