ORLANDO CANO VALLEJO | El Nuevo Siglo
Martes, 9 de Octubre de 2012

Denúncielos

 

El superintendente de Industria y Comercio, Pablo Felipe Robledo, tendrá que seguir actuando con firmeza y objetividad para castigar a tanto negligente que gusta de violar la ley y quebrantar las normas.

Confiamos que el retiro de José Miguel de La Calle no haya sido por sus fuertes medidas contra quienes en Colombia suelen tirar la piedra y esconder la mano. Puso unas firmas en su lugar en defensa del consumidor final.

Poner a ciertas gentes y compañías en su puesto, causa ronchas y millonarias demandas contra el Estado. Pero es una lucha que debe darse en apego al estatuto del consumidor que consagra deberes y derechos de productores, fabricantes, distribuidores, comercializadores y consumidores.

Por décadas se le hace trampa a la ley y se burla al cliente o usuario. Desde la vieja costumbre de restaurantes y bares de incluir a la brava la propina en la factura, hasta establecimientos que siguen vendiendo en efectivo, pues le niegan al comprador la opción legítima de pagar con tarjeta débito o crédito.

No reciben dinero plástico para quedarse con el IVA. ‘Conejo’ a la DIAN.

Las prácticas de Buen Gobierno no aparecen siempre en el reglamento de las empresas. Al sector privado le falta mayor compromiso para que se respeten los mínimos beneficios de los consumidores.

En el caso del operador Claro y su eventual posición dominante con el 4G, la Superindustria tendrá que actuar con ponderación y rigurosa objetividad. La competencia por la licitación 4G debe ser ajustada a la ley, pero los usuarios no pueden ser convidados de piedra en el proceso.

Los grupos económicos son dominantes. La concentración de la riqueza pasa por los conglomerados. Colombia es de los países que más concentra renta en el mundo. Ser dominante ha estado ligado a la cultura económica nuestra. Ello no ha impedido que se desarrollen los mercados de capitales ni que los ‘cacaos’ renuncien a invertir, emplear y pagar caros impuestos.

Bien o mal, ellos hacen desarrollo.

El quid del asunto es que dominante o no, tecnologías de las comunicaciones deben ser masificadas. La Superintendencia debe tener pies de plomo.

Los abusos de algunas empresas de servicios públicos, rampantes. Hacen lo que les viene en gana con tarifas. En cada región se maneja un esquema tarifario. El consumidor a merced de sus proveedores.

El cobro básico en cada enredada factura confunde al consumidor. La luz, el agua, el gas, valen tanto aun si el usuario no ha consumido durante el período facturado.

Qué bueno actuar duro contra quienes someten al consumidor. Quéjese, denúncielos.