ORLANDO CANO VALLEJO | El Nuevo Siglo
Martes, 24 de Enero de 2012

 

Abusos al día

 

Es la réplica de cada inicio de temporada. El retorno de las malas prácticas contra usuarios y consumidores en general. La ilegalidad de nuevo hace de las suyas y parece pasar inadvertida a los ojos de las autoridades de control que señalan, pero no actúan lo suficiente.

Los costos de los arriendos el primer dolor de cabeza, pues ya hay informaciones que precisan alzas exorbitantes sin ninguna justificación, como desafiando la ley.

Igual ocurre con los costos de matrículas y pensiones en guarderías, jardines infantiles, colegios y universidades privadas donde se han dado alzas bien arriba de la inflación causada y la proyectada para 2012. Y nadie sale a decir nada. Ni siquiera los padres de familia tienen capacidad de reacción, se acostumbraron a lo mismo.

Los precios de los pasajes de transporte por carretera también fueron aumentados y así se quedaron. ¿Quién autorizó a los dueños de estas transportadoras a subir los tiquetes en diciembre pasado? ¿Y por qué nadie hizo nada?

Los cuadernos, textos, libros de consulta, papelería, fotocopias y material didáctico y científico ya vienen siendo encarecidos por encima del IPC y nadie actúa. Se anticipan los aumentos a las disposiciones oficiales o se burlan los compromisos adquiridos. El consumidor final es lo que menos cuenta.

¿Quién se dará una pasada por alguna universidad privada del país para verificar el tamaño de los incrementos en pensiones y el por qué? Hacen lo que les parece porque no hay quien les indique lo contrario. Fijan unas fechas de pago que asustan, pues si un padre no tiene el dinero suficiente para cancelar a tiempo, tiene una segunda o tercera opción, pero con cifras fuera de alcance.

Este martes 24 de enero retorna la normalidad a la vida productiva del país y la gente parece volver en sí. Es cuando los hogares se dan cuenta de que o las cosas están subiendo de precio, o muchas ya subieron. Una dura realidad que tienen que afrontar sin acompañamiento.

 

La Superintendencia de Industria y Comercio, por fortuna, viene haciendo un buen trabajo de persuasión, prevención y sanciones si es del caso. Está protegiendo al consumidor de eventuales prácticas desleales.

Es que la publicidad engañosa vuelve a estar a la orden del día en muchos tipos de negocios formalizados. Y la fea costumbre de algunos comerciantes de no vender con dinero plástico sino con efectivo, para no facturar el IVA, sigue vigente.