Orlando Cano Vallejo | El Nuevo Siglo
Martes, 2 de Diciembre de 2014

El país

A  la economía le va mejor que al país, al Gobierno le salen mejor las cosas que al Congreso, el sector privado cierra bien el año, mal la clase política y en deuda la mayoría de órganos de poder y control.

A Colombia no le va del todo mal pese a compliques institucionales, de poder, de dirigencia y focos de corrupción que aún acechan los recursos públicos. Tres elementos nutren la tesis de que a la economía le salen mejor las cosas que a la Nación. El desempleo anda abajo del dígito, menos del 8%, la inflación controlada y con estimación del 3% para 2015, y el consumo en los hogares se mueve. Al país no le va tan bien por temas sensibles como el estrés de la reforma tributaria que viene, más la que se teje para 2015, los tropiezos de los diálogos con las Farc, la poca camarería en el trabajo legislativo, los ánimos caldeados entre Santos y Uribe, el caos en movilidad, el auge de la delincuencia callejera, el tiempo perdido en infraestructura, minería y agricultura.

Fue un buen 2014 para el Ejército y la Policía. Las fuerzas del orden cierran con optimismo el año y la comunidad respira hoy mayor confianza. En cambio, crece el desprestigio de la guerrilla y los ciudadanos no ven por ningún lado su ideología social y defensa de los derechos fundamentales.

Un mal año para las cortes y los órganos de control y fiscalización. Procuraduría, Fiscalía y Contraloría, con menos fe ciudadana. La gente no sabe qué pasa por las cortes y no quiere saberlo. También se reitera el Congreso en baja calificación. Nada que es digno de crédito, riñas, rifirrafes y ataques personales llenos de odios y posiciones particulares dominan el ambiente político. Un Congreso laureado por nombres, pero rajado por sus actuaciones.

Más de un millón 300 mil personas aparecen registradas sin empleo en Colombia. Chocó y Quindío sufren la desocupación. Otras regiones un tanto. Cartagena parece respirar, pero aflora la informalidad y los vendedores de playa. Si se suman informalidad y las personas que se cansaron de salir a buscar trabajo, más deserción en colegios y universidades por falta de recursos, el drama es mayor y eso no hace ver bien a Colombia.

Asunto sensible este fin de año es el endeudamiento de los hogares. Cuidado con fiebre del crédito bancario, ojo al afán de entidades financieras de endeudar hasta el cuello a colombianos. Hay oferta para todo, gangas financieras con tasas baratas que no deberían llevar al folclor del consumo. Se llega al extremo de no importar si se está reportado en centrales de riesgo. Luego vendrán dolores de cabeza. Falta educación financiera.