¿Vamos a tener otro, buen hombre, de presidente sin la experiencia necesaria para manejar un país como Colombia, con las incontables “bombas” de tiempo que nos pueden reventar en cualquier momento?
No dudo de nuestras riquezas naturales o de la inteligencia y la capacidad de trabajo de los colombianos, pero -tristemente- con unos politiqueros, indignos, que poco se interesan por el futuro de nuestra querida Patria. En vía de ejemplo: ¿quién puede creer que países como los Estados Unidos y Europa privilegian y celebren el nacimiento de recién nacidos, mientras que aquí “cuatro gatos” (habilidosos), celebran por las calles la legalización de la muerte de los más indefensos?
Claro que este cuadro tiene remedio: elegir un presidente con la experiencia de un político toreado en muchas plazas, preparado académicamente, disciplinado moralmente, que cuente con un equipo humano que tenga la experiencia y madurez que debe tener un gabinete para Colombia. Por algo decían los abuelos: “dime con quien andas y te diré quién eres”.
Este presidente -que necesitamos. debe tener ideas osadas, novedosas, como privilegiar la tendencia mundial del trabajo profesional, virtual, desde el exterior: para empresas multinacionales, con remuneración en dólares o euros. Esto no es un sueño, es una realidad del mundo de hoy.
Si nuestra educación superior privilegiara los millones de jóvenes que son necesitados en el exterior, sin salir de su patria, se solucionaría una de las peores tragedias de Colombia. Claro que los colegios tendrían que cambiar sus programas: con inglés, virtudes humanas (prudencia, justicia, fortaleza, templanza, de Platón), principios y valores, el bien común y nuestra historia.
Así, tendríamos miles de jóvenes que se podrían preparar, de la noche a la mañana. Cualquier bachiller se podría especializar en una disciplina particular para trabajar juiciosamente con empresas del exterior, sin más arandelas. Esto podría ser, en vía de ejemplo, un buen contador (especializado es algo puntual) que solo atiende un oficio específico de su empresa, el resto de su vida. De esta manera, se reducirían los costos de las universidades y se solucionaría la fuga de profesionales al exterior. Siendo que un especialista, bien preparando, para atender una sola tarea, puede trabajar cómodamente, en una actividad que conozca bien, sin problemas laborales.
Las habilidades que más se están desarrollando hoy comprenden aspectos técnicos, cognitivos, de estrategia y emprendimiento: sociales, físicos, entre otras. Esto, hoy, por definición, es lo que llaman un Boot Camp que viene a ser un programa de capacitación especializado y diseñado para que un estudiante logre desarrollar un determinado conjunto de habilidades para llevarlas a la práctica de una manera muy rápida, adquiriendo conocimientos por medio de una experiencia dirigida en un ambiente de inmersión total que evita las distracciones.
Esta es una oportunidad para que un presidente magnánimo pase a la historia por encima de la pequeñez de la política centrada en lo mismo de siempre, con otro nombre. Más cuando nuestra industria, nuestra agricultura, la ciencia y la tecnología ya son monopolios que nos han dejado regados hace años. De igual manera que nuestra agricultura, por ahora, tiene poco que ofrecer: mientras que el turismo internacional es nuestro futuro.