Con algo de consternación escuchamos y leemos las declaraciones o propuestas que hacen diferentes candidatos a las alcaldías en el país. Entiendo, claro está, que una cosa son las buenas intenciones y otra un tanto diferente las posibilidades de realizar y cumplir con todo lo soñado. No nos cabe duda de las buenas intenciones y mucho menos del convencimiento que lo propuesto es la mejor alternativa.
Por otro lado cada campaña tiene sus asesores en diferentes temas, quienes se encargan de estudiar la situación, analizar las estadísticas y formular alternativas a futuro, en busca de buen gobierno; seguramente en materia de seguridad tendrán personas muy calificadas y capaces para interpretar la situación. El país cuenta con un buen número de expertos en seguridad y sería ilógico que los candidatos durante las campañas no recurrieran a ellos, para aterrizar un asunto tan sensible a la población, que hoy por hoy se ubica entre las primeras necesidades sociales.
Si me lo permiten quisiera hacer algunos aportes de carácter general, buscando que tanto candidatos como futuros alcaldes y grupos asesores, si lo estiman conveniente, debatan estos puntos con el fin de lograr ese anhelo de perfilar un buen gobierno para bien del pueblo. Muchos candidatos potencian su compromiso con la seguridad implementado el pie de fuerza policial, otros miran hacia las fuerzas militares para pedir presencia en las calles, los hay que de entrada descalifican el servicio de policía por múltiples razones y hasta hemos tenido candidatos con ínfulas de crear policías municipales. Todas estas ideas y otras más audaces, seguramente se han debatido al interior de las organizaciones, situación que nos produce extrañeza, porque los consejeros deben conocer a fondo las consecuencias y posibilidades de implementar estas propuestas, que sería recomendable referir con prudencia y reflexión.
Pero como de aportar y no criticar se trata, vamos a considerar aspectos que pueden ser de suma importancia cuando de seguridad ciudadana se trata: se dice que un factor determinante en seguridad es la ciudad misma, concebida para servicio y uso de los habitantes, correspondiendo a la administración vigilar y cumplir esta responsabilidad. Unos ejemplos: sabemos que el alumbrado es determinante, la oscuridad juega a favor del delincuente; recordemos que el aseo invita al orden y respeto por la ley, basuras o desechos callejeros inquietan al ciudadano de bien.
El transporte público no se puede abandonar, la seguridad es parte integral en ese servicio, los habitantes de calle son una carga social que pide a gritos atención inmediata, urgen lugares, medidas y procedimientos profesionales.
Lo ideal sería que durante la campaña se pudiera presentar alternativas sobre este tipo de temas tan evidentes. Por último y falta de espacio, si no hay justica pronta y eficaz será imposible lograr seguridad.