Estamos en un país descuadernado. Todos los días la situación institucional y ciudadana se complica más. La gente ya no cree en las instituciones, ni le atribuye al Estado capacidad para resolver los problemas. El descontento y el pesimismo dominan la escena, pues la crisis económica es ya evidente.
Este gobierno de "la paz" es el sepulturero de la credibilidad de las instancias democráticas. Las puso a su servicio y al de los terroristas de las Farc, y al hacerlo desconocieron la voluntad de las mayorías y confundieron a muchos otros con la falsa promesa de paz. Y ni paz ni prosperidad ni locomotoras ni crecimiento económico...
Por eso hay tantos políticos en la búsqueda de firmas para avalar sus candidaturas. Unos con razón, pues no tienen partido, y otros con la intención de posar como distantes a la politiquería de sus propios partidos. Sin embargo, con una mano piden firmas y con la otra otorgan avales a sus perversos amigos.
Graves acusaciones se han venido corroborando sobre la financiación ilegal de la campaña del Presidente Santos por Odebrecht. Varios millones de dólares que llegaron no sólo de forma irregular y se volaron todos los topes de campaña, y el otrosí Ocaña-Gamarra parece ser el mecanismo de pago de los aportes. Los ex presidentes Uribe y Pastrana presentaron graves cuestionamientos donde se dan fechas exactas y aportes precisos sobre los cuales hay un hermético silencio. El que calla, otorga.
A la corrupción de Santos y su campaña se suma el escabroso caso de los Magistrados que cobraban por las sentencias. Las confesiones de congresistas implicados que alegan que pagaron por ser víctimas de un soborno, sin contar los delitos que les escondieron. Magistrados que no pueden ser investigados, primero porque el gobierno no quiso crear un sistema serio de juzgamiento y, además porque la Corte Constitucional consideró que para las altas cortes debe haber impunidad garantizada. Esos mismos magistrados no pudieron ser investigados en el gobierno pasado por las presiones de la gran prensa que los graduaron de víctimas de Uribe, y los dejaron esconder su corrupción a cambio de perseguir al uribismo.
Hoy se eligen magistrados de la Corte Constitucional con poca experiencia, ahora lo importante no es su solvencia constitucional sino su compromiso con el negociado de La Habana. Acabaron con la independencia de la rama judicial, pues para ser elegido se requiere estar sometido a las políticas del gobierno. Demandé la elección de la Magistrada Fajardo. En el que se violó la obligación de voto secreto para que pudieran darle parte de cumplimiento los congresistas al Presidente. Y se eligió a Fajardo para que sea la defensora de "la paz".
Aún hay más. Se alista la Plaza de Bolívar para celebrar que asesinos y secuestradores que dinamitaron los pueblos más pobres de Colombia puedan llegar al Congreso sin pagar ni un día de cárcel por sus crímenes de lesa humanidad. Ya son congresistas aunque ni un solo colombiano vote por ellos.
Mientras tanto los colombianos honorables ven su patrimonio contraído, las dificultades de empleo, y tiene que pagar altos impuestos para para pagarle el sueldo a todos los que acabamos de describir. Hay razones para estar pesimistas.