Polémico libro de Antonio Caballero | El Nuevo Siglo
Sábado, 25 de Agosto de 2018

Ni Dios tiene el poder de un historiador. Dios no puede cambiar la historia y el historiador si lo puede hacer. Historia no es necesariamente lo que sucedió, si no lo que el historiador contó. Para algunos la misión del historiador es muy parecida a la apasionante misión del periodista. Los hechos son inalterables, pero su interpretación es libre.

Diga lo que quiera y exprese Antonio Caballero, lo que se le antoje, su prosa siempre es la misma, cautivante, segura incitadora y polémica. Soy devoto lector de Antonio Caballero. Devoro sus libros y recorto algunos de sus artículos. Con frecuencia discrepo de sus apreciaciones. La obra titulada “Historia de Colombia y sus oligarquías” la leí en dos tardes con sus noches. Escribe mitad en broma, mitad en serio. Antonio Caballero es de esas personas que están ahí, pero que siempre hay que contar con él.

Es un erudito descomunal. Además, vive no solo informado, sino ampliamente documentado sobre lo que sucede en el país y en el ámbito internacional. Escribe libros y expone tesis para hacer sentir al lector inquieto, anhelante y hasta angustiado. Frente a sus investigaciones hay que tomar parte. Ay del que toma la pluma y se dedica a soñar, mientras afuera todo es energía contradictoria que atrae el humano impulso, cuando todo lo inconcluso reclama esfuerzo y emoción para terminar. Ay del iluso que ni se atreve, ni ambiciona más, ¡ni escala nuevas metas!

Sorprende la soberbia independencia con que Antonio Caballero ataca a la llamada por él, oligarquía de los partidos. Sobre este punto se llenó de asombro el país cuando Gaitán refutó al liberalismo, al culparlo por el desplome del gobierno rojo por haber dividido al liberalismo. Afirmó Gaitán: En 1946 se hundió “La oligarquía liberal. El pueblo no estaba en el poder”.

Otro mérito del libro de Antonio Caballero es atacar decorosamente, sin utilizar expresiones bajas o mezquinas.

De Víctor Hugo se comentó: no analiza, insulta; no condena arroja salivazos contra el adversario; no discute, desprecia.

El tema de las “bananeras”, no arruinó al conservatismo gobernante. La causa del fracaso azul fue la división del conservatismo. López Michelsen planteó que el liberalismo entró en desgracia en 1946 y que por ese motivo le abrió campo a Ospina Pérez. El infortunio liberal se debió únicamente a la división entre urbanistas y gaitanistas. No es afortunada la cita que hace el calificado escritor Antonio Caballero de García Márquez, quién en un ambiente de ficción, habla novelísticamente de multitud de obreros masacrados en la época de Abadía Méndez.

¿Qué la conquista de América se hizo a sangre y fuego? Todas las conquistas han sido sangrientas: Atila, Aníbal, Napoleón. En el caso de América no todo fue aplastamiento bárbaro y salvaje. Los misioneros fueron evangelizadores eficaces y valiosos. Del conflicto se dijo: “culpa fue del tiempo, no de España”.

 

En toda confrontación dolorosa la primera sacrificada es la verdad histórica, por aquello de las solidaridades subconscientes, de partido o de cuerpo.