Sobre el reciente accidente del avión de la aerolínea Lamia que cobró la vida de 71 personas, impactando el sentimiento mundial por la desaparición de todo un equipo de futbol, vale recordar que en 1972 algo parecido sucedió cuando otro equipo de fútbol uruguayo cayó en los andes argentinos, muriendo muchos de ellos y otros sobrevivieron en penosa situación.
Según las numerosas investigaciones aeronáuticas las causas de accidentes aéreos son varias. La principal, con mas del 60%, se debe a errores humanos, otras a fallas mecánicas que se ligan con la anterior, también a aspectos climáticos impredecibles, algunos se han producido por atentados y sorprendentemente por fatalidad, imponderables de difícil comprensión. Por ejemplo un ave que impacta en una turbina, lo que pasó con el Concorde que piso un flanche desprendido del avión anterior que decoló y este impactó en una poderosa turbina y fatalmente accidentó al ultimo Concorde de la historia.
Nada más seguro que la navegación aérea. Actualmente son unos cien mil vuelos diarios que se registran en el mundo. El índice de accidentes es ínfimo. Pero si se analiza bien la mayoría de siniestros se producen en el decolaje y el aterrizaje, cuando se está en crucero la estadística muestra pocos accidentes como el avión malasio o el coreano que fue derribado en 1983 por los rusos. Existen muchas mas muertes anuales por accidentes vehiculares que aéreos.
Pero lo sucedido con el fatídico vuelo de Lamia si parece ser una cadena de errores humanos. Lo que más se aproxima a la verdad es que el piloto boliviano Quiroga, uno de los socios de la aerolínea, evadió el reabastecimiento de combustible para evitar los costos del aterrizaje en el aeropuerto El Dorado de Bogotá, basado en el cálculo de combustible bajo el plan de vuelo previsto, pero lo que no previó es que trafico aéreo del aeropuerto José María Córdoba le ordenara volar en círculos porque tenia cuatro vuelos en cola y uno de ellos de Viva Colombia que solicitaba una prioridad. Entonces el capitán Quiroga no se atrevió a declarase en emergencia, porque como propietario temió las sanciones de la investigación que se produce, además por algunas irregularidades que ya ese vuelo traía de origen.
El cálculo le falló por una sencilla razón, violó la norma aeronáutica que exige que el avión siempre, pero siempre sin excepciones, deba aterrizar con combustible para media hora más de vuelo en caso de emergencia. Se muy bien esto porque yo fui piloto privado y eso es una regla inalterable de la aviación. Lo mismo que la verificación de 360 grados a la nave mediante la lista de chequeo obligatoria, acorde con el plan de vuelo.
Los aviones se caen primordialmente por errores humanos, las fallas mecánicas se producen por falta de chequeo preventivo, porque un avión cuenta con todas las aplicaciones que informan el estado mecánico y electrónico de la nave, fatiga de materiales, reposiciones y también por exceso de confianza en los pilotos de compañías piratas como Lamia, que no reportan experiencia y responsabilidad como si lo hacen las grandes aerolíneas, que por alguna razón también sufren accidentes aéreos.