RAFAEL DE BRIGARD MERCHÁN, PBRO. | El Nuevo Siglo
Viernes, 26 de Agosto de 2011

El Papa, jefe de la resistencia


“El pueblo está en otro cuento y los jóvenes también”


COMO  ya es una costumbre, los viajes del Papa Benedicto son mal ambientados por los grandes medios de comunicación. Por ejemplo, a un diario colombiano sólo se le ocurre poner como foto ilustrativa de la Jornada Mundial de la Juventud a dos hombres besándose. A la resentida prensa española le dio por hablar de los costos de la visita, aunque omitió hablar de los miles de euros y dólares que llevaban los visitantes a la gira del Pontífice. Lo mismo sucedió cuando el Papa viajó a Inglaterra. Y ni qué decir de las barbaridades de la prensa alemana cuando este hombre de su país fue elegido sucesor de Pedro.


Pero se asoma el Papa a la calle -la de Madrid, la de Londres, la de Roma- y el pueblo está en otro cuento y los jóvenes también. Si los grandes periódicos del mundo, y de Colombia también, se han vuelto la cueva de los escépticos y los incrédulos, la gente sencilla y que camina por la calle es capaz de descubrir en el Papa a alguien que realmente está con ellos de verdad. Y lo está de una forma particular: haciendo resistencia. Sí. Resistiendo ante la avalancha de una postmodernidad fría, sin valores, superflua como ella sola, demacradora del individuo, el matrimonio y la familia, agresiva con las religiones, irracional en muchos sentidos.


Modernizarse es la consigna que se pregona por el mundo hace ya mucho tiempo. Y se ha entendido este grito de batalla como la abolición de toda atadura, de todo compromiso profundo. Se toma como la época en que debe desaparecer la misericordia y en la que el yo es el centro de todo, aun por encima de los afectos y vínculos más sagrados. El resultado: una humanidad desamparada, llena de temores; unos individuos que han hecho de la soledad un absoluto aliviado con toda clase de sucedáneos del amor y de las relaciones humanas. Las grandes manifestaciones de los jóvenes alrededor del Papa, jefe de la resistencia a unas mal entendidas modernidad y postmodernidad, son muy dicientes y convendría tomarlas en serio.


Pasó la modernidad, la postmodernidad poco o nada tiene ya para ofrecer y quizás sólo los que hayan hecho resistencia serán capaces de construir un nuevo mundo. Su clave será la espiritual porque razón, ciencia y materia, aun siendo grandes, son muy limitadas. Sólo el espíritu puede expandirse sin fin, que es el gran anhelo humano. ¿No será que los que fueron acusados de ir atrás van a la cabeza de la nueva revolución? Jefe ya tienen.