RAFAEL NIETO NAVIA | El Nuevo Siglo
Lunes, 26 de Septiembre de 2011

El Estado palestino

Cuando  esta nota vaya a la imprenta, seguramente el Consejo de Seguridad de la ONU estará iniciando su discusión acerca de la propuesta de Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), en la que solicitó el reconocimiento de Palestina como Estado con todas las de la ley (la ANP tiene el carácter de observadora). Esta propuesta, seguramente será rechazada y, si llegare a conseguir los nueve votos necesarios, será vetada por los Estados Unidos y, posiblemente, Francia y Reino Unido, porque enfrenta directamente los Acuerdos de Oslo y sus desarrollos desde 1993 y la Hoja de Ruta de 2003. Al conocerse la nota palestina, el Cuarteto para el Medio Oriente (Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y la ONU) solicitó a Israel y Palestina regresar a la mesa de negociaciones para lograr un acuerdo al finalizar 2012.
La propuesta de Abbas en la Asamblea no se limitó a reclamar el reconocimiento a un Estado palestino, sino que sus fronteras sean las existentes antes del 4 de junio de 1967 (la guerra de los seis días), y que la capital sea Jerusalén. Y es aquí donde las cosas se complican.
Todo el mundo, incluso Israel, está de acuerdo en la necesidad de un Estado palestino. En las múltiples negociaciones desde la proclamación del Estado judío en 1948, los obstáculos han sido la definición de fronteras (no la devolución de los territorios ocupados ni el problema de los asentamientos), la garantía de la seguridad de Israel, que el Estado palestino se ciña a los conceptos de la “democracia” como se entiende en los países civilizados y, por supuesto, el estatus de Jerusalén, donde hoy tiene su sede el gobierno israelí. La partición de Jerusalén no tiene ninguna posibilidad. En la parte este, reclamada por los palestinos, están los lugares santos de tres religiones y viven cerca de cuatro millones de judíos. La internacionalización de la ciudad (como se propuso en la Resolución de 1947 de la ONU sobre la partición de Palestina) ha sido rechazada muchas veces.
Otro tropiezo es de carácter político: Palestina está dividida en dos partes: la franja de Gaza y la Cisjordania. En la primera gobierna Hamas, un grupo terrorista que se apresuró a rechazar la propuesta de Abbas porque quiere todo lo que era Palestina antes de la partición y permanentemente dispara cohetes contra los civiles en Israel. En la segunda está la ANP (Al-Fatah) con Abbas a la cabeza. El riesgo de que aparezcan dos Estados palestinos y no uno solo es clarísimo y nadie quiere un Estado gobernado por terroristas.
Abbas habló de buscar acuerdos para alcanzar la paz. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, le contestó que se sentaran a negociar esa misma tarde en las instalaciones de la ONU. La verdad es que no hay posibilidades de un acuerdo efectivo y duradero sino cuando Palestina e Israel negocien.
Colombia, como miembro del Consejo de Seguridad, debe respaldar integralmente al Cuarteto para el Medio Oriente.