RICARDO EASTMAN DE LA CUESTA | El Nuevo Siglo
Lunes, 29 de Agosto de 2011

Gobierno de la eurozona


“Mantener la unidad para conservar su lugar en el mundo”


EN  julio los 17 gobernantes de los países miembros de la eurozona acordaron un paquete de políticas económicas orientadas a fortalecerse.


Introducir en sus legislaciones un marco fiscal común y reducir el rol de las agencias calificadoras en el área, reforzar el pacto de estabilidad y crecimiento, apoyar a los países que no tengan acceso al mercado, aquellos que requieran ayudas de rescate para financiarse a corto plazo.


Aumentar la competitividad y corregir los desequilibrios en sus balances, el déficit público tendrá que ser menor al 3% para el 2013. Encaminar los programas de rescate hacia políticas que estimulen el crecimiento y el empleo. Mejorar la efectividad del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera permitiéndole intervenir con programas preventivos, financiar recapitalizaciones de entidades financieras con avales del gobierno respectivo y comprar bonos en los mercados secundarios.


Pero los mercados no reaccionaron ante los acuerdos. Las dudas sobre la fortaleza de la eurozona persisten, los negocios no muestran activación importante. Nadie sabe si los miembros van a cumplir con tantos propósitos, algunos de costosa implementación. La crisis norteamericana y la controversia sobre la reacción china ante una posible caída del dólar ayudan a aumentar la desconfianza.


Tuvieron, entonces, que hablar los grandes. Francia y Alemania lo hicieron. Para poner un dique de contención, con calendario concreto, necesario para fortalecer los flancos débiles de la Unión y unificar políticas económicas y de austeridad fiscal.


Ángela Merkel y Nicolás Sarkozy, reunidos en París, declararon su intención de crear un gobierno económico europeo que devuelva la confianza en los mercados, respalde el euro como moneda común y se adentre en una nueva fase de colaboración en la zona.


La coordinación de la política económica pasará a un Consejo de Jefes de Estado y de Gobierno que reemplaza al integrado por los ministros de finanzas. Se eleva su categoría para establecer una verdadera vocería del euro.


Se establecerá la denominada “regla de oro” del equilibrio presupuestal. Se supone que las constituciones de cada país incluyan un compromiso de disciplina fiscal, que ponga freno a la deuda. Será un mensaje a los mercados de la voluntad de las economías de sanear cuanto antes sus finanzas.


Introducir un impuesto a las transacciones financieras, al estilo de la llamada tasa Tobin, cuyos ingresos irían a un fondo de europeo de ayuda, es otra propuesta. Ya se ha discutido, tiene contradictores fuertes como el Reino Unido.


Como si fuera poco, ambos mandatarios también armonizaron políticas binacionales, en cuanto hace a los impuestos de sociedades y al establecimiento de políticas presupuestales comunes.


Los europeos no tienen alternativa diferente a proteger el euro, controlar con instrumentos válidos a los gobiernos desmandados y mantener la unidad para conservar su lugar en el mundo global, y continuar como uno de los motores de Occidente.