RODRIGO POMBO | El Nuevo Siglo
Jueves, 2 de Mayo de 2013

Sí a la revocatoria de Petro

 

Demócratas  que le tienen susto a la democracia. Cobardes y débiles. No otro sería el calificativo para quienes elevan sus voces en proclive llamado al Procurador General de la Nación para que sea él quien destituya a Petro.

Méritos disciplinarios no hacen falta para tal propósito y con la notable actividad del mejor de nuestros servidores públicos, el Alcalde tendrá de qué preocuparse. Pero el exterrorista no solamente se merece una salida jurídica a su lamentable y delincuencial actuación. Se merece, igualmente, una “paliza” política donde la decencia, el decoro y el respeto por el progreso ganen una partida que por una absurda división política permitió que la inutilidad de quien nunca había demostrado más que demagogia, triunfara.

¿Dónde están los mil jardines infantiles? ¿Dónde está el metro ligero? ¿Dónde está tan sólo una realización positiva de tan incendiario funcionario público? Sabemos que gracias a él y sólo a él la basura en nuestra ciudad es exuberante pero no ha llegado al punto de poder ocultar semejante inactividad administrativa.

Gracias a Dios y a los votantes de buenas condiciones mentales que entre nuestros líderes políticos hay uno que decidió valiente y denodadamente dar la pelea. No se amilanó ni se sintió derrotado de antemano. Sin recursos económicos pero con una férrea y legítima convicción convoca a centenares de miles de personas a firmar una revocatoria más que merecida.

A lo que el burgomaestre denomina “pueblo” se le puede engañar con sofisticadas promesas como la de los mil jardines infantiles pero a la comunidad política no se le puede engañar con tan infantiles palabras demagógicas.

¿!Dónde están los mil jardines infantiles¡? Ese es el clamoroso interrogante de los que aún no pueden hablar ni elevar su voz de protesta pues si lo pudieran hacer serían ya millones los firmantes de una ganada revocatoria.

Estrenemos pues esta figura democrática. Estrenemos la dignidad de poder decir “nos equivocamos” pero como electores enmendamos nuestro error porque no todo el trabajo libertario y progresista se puede dejar en las manos del Ministerio Público.

En nuestra democracia “quien elige destituye” y eso es lo que debemos hacer cuando de sancionar la negligencia se trata. Ayer fue la corrupción de la izquierda lo que los sentenció, mañana se le añadirá la negligencia y la soberbia de quien escupía balas, terror, desconfianza y putrefacción.

*Presidente de la Corporación Pensamiento siglo XXI