Rodrigo Pombo* | El Nuevo Siglo
Sábado, 19 de Diciembre de 2015

ESQUINA AZUL

Sentencia de libertad

“Personas no son medios para alcanzar un fin”

 

Desde que la temprana escolástica introdujo en el mundo la noción de dignidad humana, la historia universal evolucionó. La idea central gravita sobre algo que suena extraño no obstante su hondo significado: el personalismo humano. Es decir, que la persona es el centro de toda decisión consciente; es el verdadero móvil o principio de toda actuación así como que la persona es un fin en sí mismo.

 

Con ello se desterraba la instrumentalización y la cosificación de las personas. ¡Adiós a la esclavitud en todas sus formas y acepciones! Las personas no pueden ser, -se entendió desde entonces en el mundo civilizado-, un medio para alcanzar algún fin, por loable que éste sea.

 

El caso del coronel Alfonso Plazas Vega ejemplifica la desgracia nacional a este respecto. Al coronel lo objetivaron, lo instrumentalizaron, lo convirtieron en un símbolo para a través de él mandar mensajes políticos.

 

El primero de ellos era que en Colombia si había justicia, así se judicializase a un entendido inocente. El segundo, que el Estado tenía tanta culpa como los terroristas del M 19. Después, y a propósito de cada aniversario de la masacre del Palacio, se habló del eficientísimo judicial para lo cual unas buenas fotos de su encarcelamiento no estaban de más. En no pocas ocasiones, sirvió para desarrollar un frontal ataque contra la moral de las tropas, a tal punto que en varias oportunidades se les tildó de “organización criminal”. Las víctimas, como no, quedarían también satisfechas con las infundadas imputaciones porque supuestamente con tales sentencias se construía la verdad de lo ocurrido. Y, ahora ocho años y medio después, se le otorga libertad en el momento en donde las circunstancias políticas demandan impunidad para la guerrilla lo que ameritaba una respuesta del Estado: ¿cómo vamos a darle impunidad a las Farc con los militares presos?

 

Total, la dignidad se echó por la borda al instrumentalizar a un inocente para alcanzar cualquier objetivo político: antes reencauchar al M 19, ahora, legitimar la impunidad de las Farc.

 

*Miembro de la Corporación Pensamiento Siglo XXI.