Santos y las Farc fueron quienes pactaron y decidieron realizar un plebiscito. Desde la oposición sugerimos el referendo asunto por asunto para que tuviéramos claridad sobre los temas a renegociar, y un compromiso claro de las Farc y el Gobierno de aceptar la voluntad popular. Prefirieron una pregunta de Sí o No, a todo -con efecto vinculante sólo para el Presidente-. Si el Gobierno y las Farc decidieron consultar así, deben ser capaces de actuar en consecuencia. ¿No, no era esa una respuesta posible del proceso? ¿O es qué no tenían ningún plan para cuando ganara el No?
Los del No hemos sido claros y consistentes en lo que no nos gusta de los acuerdos; pero no somos -ni pretendemos suplantar- al Gobierno. Ganó el No, pero esa elección no nos otorgó ningún poder. Seguimos siendo la oposición. Santos en su alocución reconociendo los resultados dijo que era el Presidente de todos los colombianos. Él consultó el apoyo de los colombianos a los acuerdos y la mayoría expresó su negativa, que es obligatoria para el Presidente.
La pregunta hoy es ¿Santos y su Gobierno están dispuestos a representar a la mayoría de los colombianos? ¿Santos es presidente sólo de la Unidad Nacional, o también representará a la mayoría que hoy dijo No?
La polarización producto de la exclusión y el señalamiento que han sido la política de este Gobierno contra la oposición debería haber cesado con el plebiscito. No me refiero a las diferencias ideológicas y su defensa -propias de la democracia- sino a la cadena de insultos y descalificaciones. Duele reconocer que el fenómeno no se debe a algunos fanáticos en redes sociales, sino que existen varios líderes políticos que, en nombre de la paz, estigmatizan. No edifican, no saben de consensos ni mucho menos les interesa la construcción de un proyecto nacional, donde todos quepamos.
Colombia anhela la integración que supere las fragmentaciones sociales, económicas y políticas. Tenemos como nación el derecho, y sobretodo el deber, de construir dentro de la diferencia, utilizarla para mejorar. Ojalá Santos entienda que las circunstancias le han dado la oportunidad de pensar y representar a todos los colombianos, no sólo a los que lo apoyan. Tiene el deber de ponerse la camiseta de los del No, y usar su Gobierno para realizar una negociación que le guste a la mayoría.
Invitamos a los del Sí a un gran frente común para llevar a las Farc a cumplir con la democracia. Desescalen el lenguaje y morigeren la actitud contra quienes estamos en la democracia y unámonos en el propósito común de un mejor acuerdo. Lo urgente es evitar la violencia, démosle a las Farc lo necesario: amnistía para sus bases, zonas de concentración con todas las garantías y la extensión de la mesa de negociación el tiempo que sea necesario para discutir los asuntos. Ojalá haya grandeza en el Gobierno y sus partidarios y permitan avanzar; que las rencillas políticas no materialicen en el deseo destrucción de los contrarios, demoliendo con eso la posibilidad de unión del país y su ilusión de paz. Presidente Santos envíenos a todos el mensaje de unidad, juéguesela por el No, represente a Colombia entera.