¿Quién no recuerda a esos dos hombres que caminaban, desilusionados, hacia la aldea de Emaús, a solo unos cuantos kilómetros de Jerusalén? (Luc. 24: 13 - 35).
Esperaban que Jesús hubiese sido el “libertador de Israel” y no entendían por qué, a pesar de ser un profeta tan “poderoso en obras y palabras”, había aceptado su condena a muerte y la crucifixión sin defenderse ni haber librado la batalla decisiva.
Al abordarlos sin que ellos supieran que era el Resucitado, Jesús camina a su lado, cena con ellos y les enseña el verdadero sentido de su misión: era necesario que sufriera todo eso para entrar en su gloria.
Cuando los caminantes le reconocen al partir el pan, él los deja solos para que reflexionen, como nosotros lo hacemos ahora, y es cuando ellos, gozosos y animados, se levantan para llevar la gran noticia (¡en verdad, ha resucitado!), pero haciéndose la pregunta que motivará siempre a millones de creyentes: ¿Acaso no ardía de gozo nuestro corazón mientras nos explicaba por el camino las Sagradas Escrituras?
Ese Cristo Maestro, que sufre para salvar, que no emplea su poder para retaliar, ni defenderse, a pesar del daño que le están infligiendo, es el que ahora podrá entenderse con renovada alegría en Saxum (“roca”, en latín).
Saxum es un lugar recién inaugurado en Abu Ghosh, en los alrededores de Jerusalén, para que, precisamente, volvamos a sentir la fuerza de la palabra, tal como lo hicieron aquellos que ese día caminaban hacia Emaús.
Vivir el encuentro con el Salvador, vivo y resucitado, justo en ese lugar donde transcurrió el momento feliz, permite al peregrino recobrar todo el valor de las enseñanzas y sentir el placer de difundir el mensaje (kerigma).
Con un tour multimedia y diversas metodologías para el análisis y la comprensión de los fenómenos históricos de la Tierra Santa, el Centro de Visitantes de Saxum es ahora una buena manera de aproximarse al significado que tiene el Camino de Emaús.
Un significado que, descubierto en los retiros de hombres y mujeres, brota con significativa energía en los encuentros de Efetá (“¡Ábrete!”, Mc. 7: 31 - 37) a los que acuden miles de jóvenes en todo el mundo para que la Iglesia no corra el riesgo de ser una entidad autorreferencial y ensimismada.
En Saxum puede verse un enorme mapa de piedra para entender mejor los viajes de Abraham y Moisés, pantallas con documentos y vídeos de Tierra Santa, así como líneas de tiempo sobre nuestra civilización judeocristiana.
De hecho, recorrer, físicamente, el Camino de Emaús, ese que parte desde el propio Saxum, en Abu Ghosh, por las colinas de Judea, hasta el propio Emaús Nicopolis (donde Jesús cenó con los caminantes) es motivo de reconciliación, entendimiento y vigor para afrontar la tarea del cristiano.
En otras palabras, un genuino reencuentro con Jesús, con los evangelios y con la vocación de servicio en que se basa el ‘mandamiento número 11: ¡ámense los unos a los otros!