Sobrevivir al cambio climático | El Nuevo Siglo
Lunes, 30 de Diciembre de 2019

“Falta voluntad política para conservación de la vida”

Los últimos cuatro años serán recordados por la insensata controversia sobre un fenómeno climático que amenaza a la humanidad y que se libra entre la visión apocalíptica de unos y el negacionismo terco de otros, lo que no ha permitido despertar la conciencia de los humanos sobre sus efectos en los equilibrios ambientales indispensables a la armonía y conservación de la naturaleza, a su vez elementos insustituibles para la supervivencia de la vida en el planeta. Si bien es cierto que hoy inquieta a las nuevas generaciones, el problema no ha convocado la solidaridad activa de los gobiernos y tan solo ha servido como bandera política acomodaticia y circunstancial.

Por ello, en la década que se inicia resulta imperativo superar las limitaciones de un debate polarizante y estéril que hasta hoy ha impedido tomar conciencia sobre las consecuencias del cambio climático que “produce un efecto amplio y profundo sobre el medio ambiente, la economía y la sociedad, que pone en peligro los medios de subsistencia, la salud, el agua, la seguridad alimentaria y energética de las poblaciones”.

Es cada día más evidente “que la actividad del ser humano ha forzado a una situación prácticamente insostenible, consistente en la pérdida acelerada de la biodiversidad, el fantasma del cambio climático, la cada vez mayor contaminación del aire, la pérdida de capacidad de uso de agua potable, la sobreexplotación agrícola y pesquera, el mal manejo de los residuos, y otros muchos factores, que están determinando un límite para la supervivencia de la humanidad”. Podemos estar llegando a una situación que amenaza nuestro hábitat en un tiempo relativamente reducido.

El acuerdo de Paris suscitó nuevas esperanzas que desgraciadamente no se lograron concretar el en reciente encuentro de Madrid, en el que prevalecieron nuevamente la insensata indolencia de las naciones más contaminantes del ambiente y la continuidad de un debate entre el advenimiento inevitable del apocalipsis y la negación torpe de una evidencia que el deterioro del ambiente y de la naturaleza confirman día a día, incomprensible cuando sabemos que contamos con los medios tecnológicos para enfrentar el desafío. La movilización de la juventud que se observa en todas las latitudes representa la mayor esperanza para obligar a los estados y a sus gobernantes a garantizar el futuro de todos y la sostenibilidad de la vida, tal como siempre la ha conocido la humanidad. Ese esfuerzo cuenta con el conocimiento de las medidas a tomar recogidas en tratados internacionales vigentes. Solo hace falta la voluntad política para convertir en realidad la conservación de la vida. Es una obligación insustituible de cada ciudadano lograr que sus gobernantes obedezcan el mandato ciudadano que la juventud enarbola hoy y mañana será la causa y razón de nuestra subsistencia y permanencia de la vida.

NB: UN FELIZ AÑO